Lección 4.- Una Nueva Vasija
En 2 Reyes 2: 19-21 dice, “Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril. Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned en ella sal. Y se la trajeron. Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad. Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo”.
Una renovación general de la vida espiritual es de mucha necesidad en estos tiempos. Creo que estás de acuerdo conmigo que la Iglesia como un todo, necesita la renovación de esta vida, restaurada a lo que Dios quiere. Para poder cumplir con tal renovación de “una nueva vasija” es necesario que seamos un instrumento conformado a la mente de Dios. Tú y yo estamos acá para ser exactamente esto, un vaso a través del cual Dios se pueda derramar, reconociendo que Dios nunca ha necesitado otra cosa sino un vaso, una nueva vasija, como se le llama aquí. El nunca ha necesitado otra cosa fuera de ella. El se aseguró este vaso en los 120 que estuvieron en el aposento alto, y a través de ellos, El pudo tocar el mundo. Así que, para renovar la Iglesia en forma general, Dios debe tener este instrumento. Debe ser un instrumento basado únicamente en las órdenes del Espíritu Santo y de sus requisitos. No estoy sugiriendo algún nuevo cuerpo exclusivo, una clase superior espiritualmente, ¡no! Necesitamos reconocer en la historia de la restauración espiritual, que el instrumento usado ha sido siempre un instrumento relacionado, no exclusivo o aislado. Aunque el instrumento pudiera ser pequeño en sí mismo, era representativo y ligado con toda la compañía de los elegidos. Hacerlo atractivo es destruir la utilidad del vaso. Mantén esto en tu mente y reconoce el hecho que en los propósitos de Dios, cuando El hace algo en la tierra, renovar, avivar y hacerse El conocido, El tiene que tener este vaso porque la obra de Dios se hace a través de un instrumento humano, preparado en el fuego.
Necesitas considerar que el propósito por el cual Dios te llamó, es que El puede separarte de lo incorrecto que está en la Iglesia hoy, y que puedes convertirte en este vaso bajo las manos y dirección del Espíritu Santo, (como mencionados en nuestro último capítulo); entonces seremos el instrumento de Dios para traer nueva vida a la Iglesia en general.
La prueba de la naturaleza relativa y representativa de los instrumentos de restauración de Dios, pueden encontrarse en un rápido vistazo en la historia de tales movimientos. ¿Representó Ester un instrumento llevado al trono “para esta hora” en contra de la ocasión de un plan satánico para matar al pueblo de Dios? Esta fue la razón por la que ella fue entronada para este momento en la historia cuando había un plan hecho para destruir a todo el pueblo de Dios. Ya que esto era así, entonces su vida y la vida de toda la compañía, (aunque estaban en cautividad, “fuera del camino”), se hizo uno con el pueblo a pesar de ser privilegiada y exaltada por su llamado como reina. Ester estaba involucrada en el testimonio y esto la llevó a gemir con respecto a toda la raza. Esta función relativa y representativa caracterizó a Daniel y sus hermanos. Ellos tomaron la condición de toda la nación cautiva en sus corazones, entraron en un arrepentimiento vicario por los pecados de todo Israel, fueron los “vencedores” de este tiempo, pero toda su experiencia, revelación y victoria, estaba basada en una profunda relación con el pueblo de Dios, aunque el pueblo era apóstata. Tienes que saber esto y permitir que te sobrecoja a tí. Tú no eres de una clase superior.
Dios está forjando un instrumento a través de quien El pueda alcanzar a todos. Cuando Ezequías fue el instrumento para sacar la terrible idolatría y maldad introducida por Acaz, él primero que todo instituyó una ofrenda por el pecado por “todo Israel”. (2 Crónicas 29: 24). El había enviado entonces cartas a todo Israel para invitarlos a la Pascua en Jerusalén. Esto es sorprendente porque Ezequías era rey de Judá. El reino estaba dividido, Israel era mucho más idólatra que Judá. El corazón de Ezequías se dirigió a todos, él no permitió que la grotesca idolatría hiciera que abandone a sus hermanos pecadores. Aquí me doy cuenta de la dificultad y del problema que confrontamos. Aunque es difícil, es un área que debe ser valientemente encarada, si vamos a ser gente de Dios, si queremos ver el avivamiento de Dios, debemos ser el instrumento que Dios va a usar para traer este avivamiento.
Primero que todo, quiero declarar que esto no es un llamado para la “unidad” con ningún grado de idolatría, herejía o apostasía. Cuando estamos hablando de ser relativos y representativos me estoy refiriendo a aquellos que han nacido de nuevo realmente: en quienes hay algo del Espíritu, no estoy en ningún momento refiriéndome a los vastos del cristianismo o cristianismo organizado y tradicional de “multitudes mezcladas”. No importa cuán mala sea la condición espiritual de los que han nacido de nuevo de Dios, no debemos excluirlos del espíritu de comunión. Yo no me junto a ellos, pero estoy abierto para llevarles la verdad. Esto no significa que compartamos sus obras, o lo que está mal, pero sí significa una actitud diligente y amorosa, atenta, de ayuda, con celo y fervor para la restauración de tales obras y un cambio. Para la recuperación espiritual general, el Señor debe tener un vaso formado en el fuego, y a quien El le ha dado un conocimiento peculiar de Dios mismo. Tal instrumento deberá pararse puramente sobre la base de la vida de Dios en él. Lo que hagan otros no debe influenciar en tal instrumento. Sus métodos, medios y estándar deben ser aquellos que se hayan despojado de los elementos menos maduros. Un costo mucho más grande, entonces, es el que debe pagar tal instrumento.
Jesús constantemente nos advirtió de contar el costo para ser este instrumento. Habrá poco lugar para el orgullo si se está fundamentado espiritualmente y no sólo con un mero aprendizaje mental. Lo más grande de soportar en tal vaso constituido por el conocimiento del Señor a través del sufrimiento, es cómo mantenerlo en relación a todo el pueblo de Dios, aún evitando la separación en espíritu, exclusivismo y divisiones en el cuerpo.
Cualquier intrusión de la “carne” te hará separarte de otros creyentes en algún punto, y bajará la mirada para poder decir a otros “Nosotros somos el pueblo, deben venir a nosotros”. Mientras en la práctica, puede ser que tenga que haber algunas separaciones cuando predomine el error, sin embargo, la preservación de lo que es de Dios, debe ser buscada diligentemente en el Espíritu. Mientras que por un lado no debimos tener vínculo con el error, por otro lado puede y debe haber un extenderse en el Espíritu para mantener la puerta abierta a “los hijos pródigos”.
Lo próximo es entender el significado divino detrás de la creación de este vaso, o ministerio, y con seguridad hay dos propósitos. No quiero que te pierdas lo que voy a enseñarte, el significado es doble, el propósito es doble.
Lo primero es que Dios pueda tener aquí en la tierra, aquello que esté lo más cercano posible a su mente; que tal contradicción al pensamiento religioso, que dice que no hay nada que es verdaderamente una expresión de la mente del Señor. Tenemos que aceptar que no es suficiente para tí y para mí reconocer que hay algo equivocado allá afuera. Pero tiene que haber un vaso producido de la manera más cercana posible a la mente de Dios, para que haya un punto de referencia en todo lo que estamos predicando. Además, Dios va a tener esto que romperá las barreras espirituales por los demás. Esto siempre ha sido un ministerio. ¡Y cuanto se necesita!
En el libro de Isaías dice que los ojos de Dios recorrían toda la tierra, buscando intercesores. ¿Qué busca El? Lo que estamos hablando, este vaso que se quiebre en favor de otros. Siempre ha sido así en la guerra. Las tropas especialmente entrenadas y disciplinadas se exponían en favor de otros. Por ejemplo: La marina de los Estados Unidos eran tropas de asalto, las boinas verdes eran tropas de asalto. Esto es verdad espiritualmente. Dios tiene que tener este vaso para que se rompa ataduras espirituales en favor de otros.
Muchos años atrás, “La Iglesia de Dios en Cristo”, (una de las iglesias Pentecosteses de morenos más grande), tenía una convención en San Antonio, Texas. Y el obispo, un gran amigo mío, fue invitado por el pastor Vernon, también amigo mío, él fue esta noche y dijo que el servicio estuvo grandioso. Mucha adoración y una gran prédica del evangelio. Alguien predicó el camino de la santidad. El dijo que comenzó en Isaías y predicó cerca de dos horas, llevándolos hasta Juan 10: 10, donde Jesús dijo que El era el camino. Pero cerca a las 11 p.m., él dijo que tenía que irse, y el obispo le dijo, “aún no, aquí va a ocurrir algo”. Pero él dijo: “ya tengo que irme”, y el obispo le dijo: “te llamaré cuando ocurra”. Terminó la reunión y cuando él se fue, aún había gente en el altar y muchos estaban orando. Y el obispo le dijo lo que estaba pasando en este momento; es este círculo interno, este vaso del cual estamos hablando, está orando fervientemente, llegando a los cielos. Cerca a las 4 de la madrugada, él dijo que el obispo lo llamó por teléfono y lo despertó. Y dijo que sostuvo el auricular y pudo escuchar el clamor que estaba ocurriendo ahí. La grandiosa manifestación de Dios se había hecho patente. Pero tuvo que existir un instrumento para que esto aconteciera. Este vaso tiene que ser aquello.
En segundo lugar, aquel vaso le da al Señor su utilidad, hacia la cual trabajar. Cuando El crea un sentido de necesidad en Su pueblo, El va a tener aquello que pueda ser su medio de suplir esta necesidad en el conocimiento espiritual. Dios dirige los corazones hambrientos hacia aquellos que le conocen a El. Este es un principio fácilmente establecido en la palabra de Dios. Cornelio fue puesto en contacto con el apóstol Pedro (Hechos 10). Apolos con Aquila y Priscila en Hechos 18. Hay tal cosa como una elección para un servicio especial. Cuando Jesús llevó a Pedro, Santiago y Juan a actividades más íntimas y revelación de su propia vida, El no fue culpable, en principio, de dividir el cuerpo. El no estaba haciendo de ellos un grupo separado especial y privilegiado. Estaba acercándose una gran necesidad, y ésta fue su manera de proveer para esta necesidad.
Hoy, Dios está preparando este vaso, y yo creo que tu participación en estas enseñanzas está diciendo que Dios te ha escogido a tí para ser parte de este vaso. Tú mismo tienes que hacer esta determinación si vas a ser o no este vaso, tienes que contar el costo. Dios desea hacer de tí este vaso, embarazado de El, mediante el cual esta manifestación de Dios puede ser efectuada y mediante el cual la necesidad pueda ser suplida espiritualmente. Nunca habrá una apreciación de recursos especiales sin una necesidad consciente, pero tal necesidad justificará los recursos. Dios siempre ha tenido su escape antes del incendio, su salvavidas antes del diluvio, su cruz antes de la maldición. Dios ya lo tenía previsto.
Yo creo que en los últimos tiempos de esta era, sin dudar, hemos llegado al final de una dispensación; Cristo viene. La redención está cerca. Todas las grandes señales apuntan hacia esto, que nos estamos acercando hacia la venida del Señor Jesucristo. Hay algo grande que se está anticipando, todo lo indica.
El Evangelio ha hecho un círculo completo. El Evangelio se ha ido al oeste. Abraham siguió el sol. El Evangelio siempre ha seguido el sol. La simiente deplorable de Caín fue al este. De ahí salió la temible religión. El hinduismo, el budismo, el Islam. Todo salió de la simiente deplorable de Caín. Pero el Evangelio siguió el sol. A través de Europa, el Evangelio saltó el océano hacia América, pero ahora está de regreso en la tierra donde empezó. El final siempre está en el comienzo. Tanto ayer como hoy, en todos lados, somos testigos de la evidencia que hemos llegado al final de esta era.
Nunca había pensado en esto antes, pero la muerte de los bebés, siempre es indicativo de que algo grande está por suceder. Justo antes que llegara un Moisés el gran emancipador, hubo un asesinato de niños en Egipto. Roma cometió el asesinato de niños a tal grado, que un niño era como esclavo hasta que cumplía 7 años. Y luego otra vez, vemos a las masas matando a los niños justo antes de que Cristo fuera revelado. Estamos siendo testigos de los abortos a nivel mundial como un medio de control de la natalidad. Norte América ha matado a 20 millones de bebés. Yo no sé, pero Dios puede ver a esta sociedad y decir que Hitler fue compasivo en comparación con lo que nosotros hemos hecho matando a los no nacidos.
Pero todo esto no es sino una señal de los tiempos. Hemos alcanzado el fin de los tiempos y que ahora debe haber un avivamiento, un derramamiento sobre toda carne. Esta es una profecía de la Biblia para que esto ocurra una vez más. Dios debe tener este vaso. Tú has sido escogido para serlo, pero no puedes jugar con toda esta tontería que hay en la Iglesia actualmente. No puedes ser parte de esta imitación, de toda esta tontería de atraer gente con actos de circo, payasos, equipos de poder, y la tontería de nuestros tiempos. Esto no puede tener parte en este vaso, por esto es que Dios nos está separando. Hay mucho que ellos hacen que tú no puedes hacer, si vas a ser parte de este vaso a través del cual Dios se va a derramar.
Leemos otra vez en los evangelios, cómo Jesús atrajo a El, a aquellos en quienes en todo momento hacía una separación. El dijo en Juan 6 a una gran multitud que a menos que comieran de su carne y bebieran de su sangre, en otras palabras, a menos que se vuelvan parte de esta vida sufriente y vida separada de la que yo participo, no pueden tener parte con El. Un gran grupo lo dejó para no seguirlo jamás. Aún en el Antiguo Testamento, El separó a todos aquellos que tenían otros intereses y otras ideas a las de Gedeón. Así que cuando llegamos al aposento alto, ahí habían 120 personas que fueron forjadas en el fuego. Un vaso preparado, esperando la venida de Pentecostés, y el nacimiento de la Iglesia. Pero no estamos en un tiempo del nacimiento de la Iglesia. Estamos en el tiempo de la cosecha de la tierra, el arrebatamiento de la Iglesia de aquí. Y para ser esto otra vez, Dios enviará un derramamiento sobre toda carne. Y un vaso está siendo forjado hoy en el fuego de Dios. Este vaso, esta nueva vasija, donde Dios puede poner su sal otra vez, para ser derramada en este fluir, para que lo que es verdaderamente de Dios pueda llegar al lugar y a la condición del rapto.
El derramamiento del Espíritu Santo hoy no es un despertar nacional. Su objetivo principal es abrir los ojos de los elegidos de Dios, y lo que estamos viendo hoy no es un avivamiento, es una apostasía en su mayoría. Esta nueva vasija está siendo formada y tú has sido llamado para ser parte de ella. Dios nos ayude a poner nuestras mentes en ser este vaso del Todopoderoso.