+ 591 774 88777

edcenbolivia@gmail.com

Av. Ecológica y Calle Caracol

Cochabamba, Bolivia

Síguenos
 

Lección 10.- Fortalezas

Lección 10.- Fortalezas

Me dirijo a tí que no eres solo orador, pero también demostrador de las verdades de Dios. En la 2da. carta a los Corintios 10: 1-12 dice, “Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne. Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta. Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo. Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré; para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas. Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable. Esto tenga en cuenta tal persona; que así como somos en la palabra por cartas, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes. Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos”. Voy a hablar de la fortaleza de Satanás en la vida de los creyentes, particularmente en tu vida, y también en la Iglesia misma.

Debemos reconocer estas fortalezas, y saber que como creyentes, todos nosotros estamos bien equipados para tratar con ellas. El texto dice que las armas de nuestras milicias no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Cuando un enemigo invade una tierra extraña, su primer trabajo es colocar una fortaleza. Desde esta fortaleza será el lugar de inicio de su trabajo para destruir todo el país; muchas veces la fortaleza es secreta. Pablo trata con estas fortalezas, porque aún en esos primeros días, el enemigo había invadido la Iglesia con un sólo propósito: destruirla. Podemos ver estas fortalezas desde la creación: Dios hizo al hombre a Su imagen, lo puso en el Edén y ahí, dice la Biblia, Dios caminó con él. Hubo sólo una restricción para ese hombre “…del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás…” (Génesis 2: 17). Satanás vino a buscar una fortaleza, una base de operaciones en la creación de Dios.

Tienes que creer esto; donde sea tu ministerio, en cualquier lugar que pongas esta iglesia, Satanás va a ir ahí con un sólo propósito; buscar una fortaleza, un lugar donde el pueda corromper y destruir. Dios dijo que Satanás era la criatura más sutil de todas. El comenzó a razonar con Eva en Génesis 3: 1- 4, “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis”. Satanás es un vendedor profesional; sedujo a Eva y la engañó. El engaño entró a la creación de Dios, y esta fue la fortaleza de Satanás; a través de ella comenzó a atacar a Adán. La Biblia dice que Adán no fue engañado: Con ojos abiertos transgredió la ley de Dios. Fue la transgresión de Adán y no el engaño a Eva, que arruinó la raza. (1 Timoteo 2: 14). Así que el proceso es claro. Observa: Un a brecha de engaño: La fortaleza de Satanás. La transgresión de Adán: La caída de la raza, lo cual es una tragedia.

Vemos en 2 Corintios 11: 1-5, en el que el predicador está tratando de lo que estamos hablando: “¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme. Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, de vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. Porque si alguno viene predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles”. En estos versículos Pablo está mostrando la fortaleza de Satanás en la Iglesia de Corinto. ¿Cuál era?; los maestros falsos y la enseñanza falsa aceptada en el cuerpo, se convirtieron en una fortaleza de Satanás.

¿Has visto alguna vez en tu vida cómo los famosos predicadores de Pentecostés menosprecian la verdad y la necesidad de la verdad? Dicen que Dios no ve la doctrina sino sólo el corazón. Y cualquiera que trata con esta falsedades en la Iglesia, es llamado un hereje o algo peor. Pero aquí la fortaleza de Satanás en esta Iglesia de Corinto, en esta primera Iglesia, fue la enseñanza falsa. Los falsos maestros vinieron predicando otro evangelio, otro Jesús y los que recibieron este falso evangelio participaron de otro espíritu. El enemigo estaba ahí en la Iglesia de Corinto, y su fortaleza o base de operaciones, eran falsos maestros. Entonces, el engaño había entrado, estableciendo una fortaleza, y estuvo llevando a la Iglesia a la transgresión. En 2 Corintios 3: 1-3 dice, “¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres, siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”. Como hijos de Dios nuestras vidas deben ser un libro abierto; no deben haber lugares secretos en la vida de un hijo de Dios. Si hay cosas de las cuales tú te avergüenzas , cosas que haces en secreto, cosas que rechazas confesar y traer a la luz, entonces Satanás tiene una fortaleza en tu vida, y desde ese lugar secreto el enemigo va a atacar hasta destruir tu vida. Cuando un cristiano va a lugares y hace cosas de las cuales estaría avergonzado delante de otros cristianos, eso es una fortaleza de donde el enemigo va a atacar.

En Juan 8: 33-36, Jesús estaba hablando a judíos que habían creído en él. Pero estos judíos querían saber qué es lo que El se refería con ser libres, diciéndole: “Linaje de Abraham somos y jamás hemos sido esclavos de nadie”. Pero Jesús les explicó que si cometen pecado, entonces son esclavos del pecado, pero “…si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Así que el mensaje del Evangelio es, a pesar de que eres pecador, puedes ser libre. El Hijo va a sacar esta naturaleza de tí, y serás verdaderamente libre. La frase “verdaderamente libre” significa libre en cada acción, hecho, motivo, pensamiento y obra. Lo que hace primero Jesús es ir y atar al hombre fuerte y echarlo fuera. El toma sus bienes, limpia la casa, y la libera. Jesús nos liberó, somos nueva creación.

Jesús no nos perdona y después nos da una ley para que nos limpiemos nosotros mismos; El nos libera, y es en esta nueva creación que Satanás busca poner una fortaleza. En Mateo 12: 43-45, vemos acerca del hombre fuerte; el está buscando una fortaleza en la nueva creación. Observa que cuando él regresa a casa, la encuentra vacía, barrida, adornada. Está limpia. Cuando el enemigo regresa y nos encuentra vacíos, aunque estemos limpios, estamos abiertos al engaño. Esta casa limpia tiene que convertirse en una habitación de Dios por el Espíritu. Si no somos llenos del Espíritu, éste le da al enemigo una posibilidad para regresar. El lo hará si se lo permitimos, pero Dios dice que no demos lugar al diablo. El no puede volver solo a gusto, pero si hay lugares secretos o fortalezas en tu vida, entonces le estás dando lugar al enemigo. Y si hay lugares secretos en la iglesia a la cual tú has sido llamado a pastorear, él va a venir contra toda la iglesia a través de esto. Esta es la razón por la cual tú debes continuamente escudriñar esta iglesia con la palabra del Dios vivo, hasta que todo lo que no sea de Cristo sea expuesto por lo que es: una fortaleza del diablo.

Por más de cuatro décadas, como ministro de Cristo, he tratado con muchos que son poseídos por demonios. A muchos liberé, a otros no pude; he aprendido que uno tiene que desear ser libre. De la experiencia que he adquirido con los endemoniados, he aprendido sobre los cristianos y sus fracasos para encontrar las respuestas. Los cristianos permiten las fortalezas; no están poseídos, pero hay áreas secretas en sus corazones con las que nunca tratan. Puede ser un pecado secreto a lo que puedes llamar “mi debilidad”. Ningún predicador puede desalojar esta fortaleza, tú mismo tienes que tratar con ella. En algunos casos la fortaleza de Satanás es algo de lo cual el creyente no está consciente. Aquí es cuando entra el engaño, y así fue como Satanás atacó a Eva. El truco de Satanás es darte algo y hacerte creer que es de Dios, pero es otro evangelio; ésta es la razón por la cual tú debes estar atento a todo ese sensacionalismo, y saber de dónde viene.

Creo en el poder de Dios, y he visto a gente caer por ese poder, aun gente gritando y danzando delante de Dios. Creo que han habido veces en que hubo verdaderamente una risa santa, pero siempre fue el resultado de una obra del Espíritu Santo, y nunca fue esto lo que atrajo al Espíritu Santo. Tienes que cuidarte de ese sensacionalismo. Si juegas con el espíritu equivocado vas a acabar en grandes problemas. Debemos, por la palabra de Dios y el espíritu de discernimiento, descubrir estos engaños. Cuando los descubrimos, se tiene que tratar con ellos. Si están en mi vida, entonces tienen que irse, si están en tu vida y en la de otros en la Iglesia, Dios nos ha dado el poder para vencer estas cosas. Hemos tratado con las maneras de romper esta carne en otro capítulo, con el título ¿No es este el ayuno? Hemos visto que el ayuno fue aquello que Dios nos había dado como uno de los medios de tratar con esas fortalezas. El ayuno es negación, es rechazar el lugar del “yo” y del apetito, y todo lo demás. El ayuno toma muchas dimensiones. El ayuno no sólo es ayunar de comida, sino es ayunar la mente, abstenerte y negarte. Todo esto es parte de ello.

A través de la palabra de Dios, estas fortalezas deben ser descubiertas, reveladas y luego tratadas y destruidas, o si no, Satanás va a destruir a toda la Iglesia. Ananías y Safira en Hechos 5, representaron tal engaño, ahí mismo en el altar de Dios. ¿Te das cuenta?, lo que ocurre exteriormente no nos puede dañar, pero lo interior sí. Aquí están ellos, dos personas declarando ser parte de la Iglesia, postrados en el altar. Si Pedro no hubiera discernido esto y tratado con ello, entonces el Espíritu de Vida se hubiera detenido, porque no puede haber tal corrupción en el altar.

En otro capítulo mostramos que cuando rompemos estas fortalezas de Satanás, destruimos esta carne, y tratamos con todo lo que es de la carne, entonces comenzamos a ver la vida de Dios fluir; y cuando lo hace, entonces se cumple la obra de Dios: los enfermos serán sanados, los endemoniados serán libres, vendrá el avivamiento, y habrá gran gozo en el pueblo de Dios. Vimos que, cuando obedecemos a Dios, rompemos esas fortalezas, las descubrimos, las destruimos con el ayuno, cualquier cosa que sea, entonces nacerá nuestra luz como el alba. Esta es la vida de Dios que fluye a través de nosotros. El socorro viene como la mañana, Jesús será nuestra justicia frente a nosotros y la gloria de Dios estará detrás de nosotros. Cuando oramos, Dios responde siempre al nuevo hombre, al hombre espiritual. Nuestra luz brillará en la oscuridad , y el Señor nos guiará continuamente, y la Biblia dice que, aún en sequedad, nuestra alma será saciada. Esto significa simplemente que habrá un avivamiento continuo en tí y en mí. Si una gran parte de la Iglesia ha retrocedido, tú no tienes que hacerlo. Si tú tratas continuamente con estas cosas, esto hará que el río fluya constantemente y tendrás avivamiento continuo. Aún cuando estés en sequedad tu alma será saciada. Sabemos que una sequedad es cuando no llueve, y cosas desesperantes ocurren; todo muere, y la gente llega a descender al canibalismo. Israel estuvo en sequedad durante 3 años. Se puso tan mal que comenzaron a comerse los hijos, unos de otros. Pablo dijo que en tiempos de sequedad en la Iglesia, los miembros empezaron a morderse y comerse unos a otros. Bueno, la única manera de solucionar esto, es tratando con aquello que impide que el río fluya, y si tú tratas con esto en tu propia vida particularmente, entonces cuando todo esté seco a tu alrededor, ¡aleluya!, aún en esta sequedad, tu alma será saciada.

La primera vez que fuí a Beaumont y comencé la iglesia que pastoreé por 35 años, nació en un avivamiento y ese avivamiento continuó. Recuerdo que un domingo por la noche durante el servicio de alabanza, 6 personas recibieron el bautismo del Espíritu Santo. Prediqué, recibimos las ofrendas, y 6 personas fueron salvas, y 3 de ellas recibieron el bautismo tambien; a la una de la madrugada nos retiramos. El lunes en la mañana tuvimos un tiempo de confraternidad con el presbiterio. Yo asistí y no me recibieron muy felices en la comunidad, pero yo fui. En esta reunión, el buen presbítero preguntó si alguien quería dar algún testimonio. Había un hombre detrás de mí, que medía por lo menos 2 metros; se paró detrás de mí, y comenzó a decir: “Estamos en un tiempo de apostasía. La gente no quiere escuchar nada. Todo está mal, y después de esta reunión voy a tener que pedir prestado dinero para pagar las deudas”. El se sentó, otro hombre saltó y dijo: “yo sólo quiero decir `Amén´ a lo que el hermano dijo”. Bueno, simplemente yo no podía permanecer sentado ahí, así que salté y comencé a decir: “Hermano no tiene por qué ser así”. Y di testimonio de todo lo que ya te conté sobre los que recibieron el bautismo. Bueno, era el único que estaba gritando, así que me senté. Pero me llevé esta verdad a casa: ellos están en sequedad pero yo no. Y aún en esta sequedad mi alma estaba saciada; la tuya también puede estarlo.

Un amigo predicador predicó en una iglesia de las Asambleas de Dios, en la parte norte de los Estados Unidos (quizás fue en el sur); bueno, él dijo que fue un hermoso edificio. Tenían una casa para esta iglesia, hermosa, alfombra roja, como de terciopelo, almohadones en los asientos y en el altar. Todo estaba en un orden perfecto. Pero estaba muerta, todo estaba lleno de muerte. Y él dijo: “yo prediqué, yo hice todo”. No había ningún sonido, excepto una pequeña anciana, averigüé después que tenía 85 años, no pesaba mucho, quizas 40 kilos. Yo estaba predicando y cada vez que ella fue tocada, ella brincó gritando, y dando vueltas, se sentaba. Todos se avergonzaron, pero ella y yo estábamos en lo mismo. Una noche, después del servicio, yo le dije al pastor, “será mejor que tú y yo oremos por esta dama en el asiento de adelante”. El preguntó, “¿por qué? no veo nada malo en ella”. Mi amigo evangelista dijo, “yo tampoco, pero debemos orar, porque todo el aceite que tienen en esta iglesia está en ella y si no lo derramamos en alguien más antes que muera, se acabará”. Hermano amado, ¿sabes lo que me impactó de todo esto?, que el resto de esta iglesia estaba muerta, menos ella. Aún en sequedad su alma estaba saciada. Saca esas fortalezas de tu vida y el río va a fluir, y en aquel fluir, las oraciones serán contestadas.

 

×