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Lección 6.- El Conflicto Continuado

Lección 6.- El Conflicto Continuado

 

Leamos Efesios 6: 12, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernados de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Nuestra guerra no es contra carne y sangre, sino es contra estos poderes y principados. Vamos a ver el ambiente de esta batalla, dónde es peleada, y cómo es peleada. Tú vas a escuchar muchas cosas bajo el nombre de guerra espiritual, y vas a hablar con gente que cree que Dios los ha ungido para atar al diablo por todas partes de la tierra. En la anterior lección hemos hecho notar que es la batalla de los siglos por la vida espiritual, y si esa vida puede ser detenida, para que no se manifieste, será detenida. El enemigo no va a parar ni de día, ni de noche para detener la manifestación de esta vida.

Hay un gran poder trabajando a través de la muerte espiritual, para apagar el testimonio de nuestro Señor resucitado, para detener ese testimonio dentro del cuerpo de Cristo. El creyente individual y la Iglesia ambos están en esta batalla. Establezcan bien en sus mentes que la batalla es por la manifestación de la vida. Satanás no se preocupa de cuán religiosos podamos ser, si la resurrección de Cristo no está siendo mostrada como real, él no tendrá ningún problema. El asunto no es que si va a haber una perdida completa de esta vida divina, no es que si Satanás puede quitárnosla o no, sino que el asunto es que si el podrá detenerla de su manifestación total. Que esta vida puede estar en nosotros y no ser vista, es evidente en la Biblia, pues Jesús mandó: “Así alumbre vuestra luz”. Su vida en nosotros es la luz, así que cuando El dice: Deja que tu luz alumbre, esto inmediatamente nos dice que esa luz puede estar en nosotros y no ser manifestada. Con esta lección queremos ver un ambiente más alto de la batalla por el testimonio. Yo creo que podemos llegar al fondo de este asunto al notar el contraste entre la iglesia de Efeso y la de Corinto, y con esto, tú y yo vamos a ser ayudados grandemente en entender la naturaleza y el ambiente de esta batalla. Hay muchas sugerencias prácticas aplicables en la presentación de estas dos cartas, y éstas van a regir en este asunto.

Para empezar vamos a notar el ambiente en que estas dos cartas se presentan, porque sin duda hay una gran diferencia entre ellas en este respecto. Estamos muy familiarizados con la frase que gobierna toda la carta a los Efesios, que dice: “….en las regiones celestes”; esta es la frase que domina toda la carta. Sería bueno que notemos como a través de esta carta muchas veces se refiere a las regiones celestes. Así que sabes que cuando lees la carta a los Efesios, estás viendo un ambiente celestial: una gran emancipación se ha llevado a cabo, todo un mundo entero ha sido dejado atrás, y otro ha entrado en una forma espiritual. Aquí no hay nada que está en fragmentos, no hay nada parcial, no hay nada imperfecto. Aquí todas las expresiones son celestiales. Queremos decir que el testimonio está operando en ese ambiente espiritual, y está operando detrás de todo lo que es mundano, todo lo que es terrenal. Es aquí en que algo está siendo registrado, está siendo efectivo. Es aquí que el testimonio de Cristo resucitado está siendo establecido, y está siendo expresado plenamente en el ambiente espiritual. Todo esto es la carta a los Efesios; es una carta en las regiones celestiales.

Pero en la carta a los Corintios ¡Que diferencia se encuentra ahí! Encuentras muy poco que es celestial ahí. Encuentras inmediatamente, cuando empiezas a entrar en esta carta, que estás tocando lo terrenal, las cosas naturales, y hay una abundancia de esto en el libro de los Corintios. Encuentras ahí cosas sórdidas, cosas mundanas, y aún eso dentro del pueblo de Dios. Pablo los llama santos, pero se ven ahí aquellas cosas que son desagradables, todos los aspectos de la mezcla trágica de la carne y el espíritu. Ves ahí divisiones, problemas, separaciones, hermanos llevando a otros hermanos ante los jueces. ¡Que lugar tan terrenal cuando leemos la carta a los corintios! Seguramente estarás de acuerso que este es otro ambiente enteramente. Si tú estuvieras en ese mundo en un domingo, y fueras en la mañana a la iglesia de Efeso y en la noche a la de Corinto, seríá muy difícil para tí reconciliar que las dos son la Iglesia de Dios, porque están operando en un ambiente totalmente diferente. Porque en los Corintios el ambiente es enteramente terrenal, porque hay tanta ausencia de lo celestial, tú no te sorprenderás que el testimonio es bien pobre. Si tú permites la carne en tu vida, o si la permites en la iglesia que pastoreas, entonces las obras de la carne se van a mostrar; si dejas a los inconversos cantar de tu plataforma, de pronto habrá adulterio en tu congregación; no puede ser de otra forma. Esta iglesia en Corinto operaba en el ambiente de la carne, era algo terrenal, era una mezcla, y hubieron pecados en esa iglesia que Pablo dijo ni aún se nombran entre los gentiles; no encuentras en Corinto ninguna señal de registro sobre las fuerzas espirituales. Tú tienes que admitir que el Diablo estaba teniendo un día de fiesta en Corinto, en cierta forma pareciera que el Diablo estaba enteramente en control. Estaban llevando las cosas a un ambiente que aún para el mundo era una vergüenza. El enemigo no estaba siendo derrotado en lo que concierne a estos creyentes, y ciertamente las condiciones en esta carta nos muestran que el estaba teniendo demasiado control simplemente porque ellos estaban demasiado en ese ambiente terrenal. Ellos decidieron que sabían como hacerlo. Ellos habían trabajado, habían programado todo, y se movían de acuerdo a este mundo; ellos estaban más gobernados por lo que este mundo dice que por lo que Dios dice. Así que para que el testimonio de Corinto tenga su valor y efectividad real tiene que haber un retorno a sus inicios, la Iglesia tiene que ser un cuerpo celestial. En su nacimiento, la Iglesia fue 100% un producto del Espíritu Santo, y cuando el Espíritu Santo está en control, la Iglesia nunca viola los principios de Dios. Pero el hombre sí viola esos principios, así que cuando se permite a la carne que entre, entonces tú ves que esto empieza a ocurrir. Es claro que estos creyentes en Corinto tenían una medida muy pobre del poder de Su resurrección. Y la razón por la que era tan pobre, es porque Corinto nunca entró al significado verdadero de Su muerte y Su cruz; la Cruz no era algo central para ellos. Si hay una aprehensión viva de Jesucristo, si El es visto como crucificado, entonces no habrán divisiones como esta; si hay verdaderamente una comprensión de la muerte y la cruz de Cristo, no habrán divisiones, ni fornicaciones en la iglesia.

Lo que pasó en Corinto, es que ellos no sabían el significado de la Cruz, y si nosotros tampoco sabemos el significado de la Cruz, ¿cómo vamos a saber el significado de la resurrección? Y peor, ¿cómo vamos a conocer el poder de Su resurrección? Porque es en el poder de Su resurrección que vivimos esta vida en que no hay muerte. Si no conocemos el poder de Su resurrección, entonces no podemos conocer el poder de esta vida resucitada, que en su impacto contra los poderes de las tinieblas, está mostrando a Cristo como vivo. Tú nunca puedes arreglar las divisiones entre el pueblo de Dios, con sólo reunirlos para que discutan sus diferencias. La iglesia ha apoyado esta necedad por tanto tiempo, pero lo más que tú hables de las cosas peor se ponen; tiene que ser el Espíritu Santo quien rige ahí. Tú no puedes cambiar las cosas con sólo decirles a ellos que se hagan amigos. El poder del enemigo detrás de esto tiene que ser quebrantado. Esa es la razón por la cual nuestras reuniones de oración no sólo deben de ser peticiones; tú no puedes venir a ese altar sólo para pedirle que haga cosas, tú debes en el poder del Espíritu, hacer cumplir aquello que El te ha mandado hacer. Para hacer eso debemos caminar con El, pero debemos saber que El nos ha dado poder sobre los poderes del enemigo, y debemos romper ese poder que está detrás de estas divisiones. Tú nunca vas a poder parchar una situación como la que ves en Corinto; es del Diablo, y tiene que ser tratada como tal; tú puedes hacer que el Diablo,“se haga amigos”, pero el mismo espíritu va a surgir otra vez a menos que trates directamente con él. Somos gente espiritual , y todo tiene que ser visto en esa luz, porque no sólo me afecta a mí, sino a todo lo que tiene que ver con el testimonio de Jesús. Y lo que es verdad en el asunto de las divisiones, es verdad en todo otro asunto en esta carta a los Corintios: es el enemigo detrás de todo, el es el que ocasiona todos estos desórdenes, y no hay nada sino el impacto de un Señor Vivo que puede romper esto y traer las cosas a su estado original.

El razonamiento humano no puede sacar al diablo de la Iglesia. Esto es muy evidente en Corinto; ellos no podían tener un impacto sobre las fuerzas espirituales porque estaban viviendo en el ambiente equivocado. Gente que no ora, gente que no espera en Dios, quizás están muy ocupados religiosamente, pero no pueden luchar contra los poderes de las tinieblas, no importa cuan religiosos sean. El mayor truco del Diablo, es tenernos haciendo tantas cosas religiosas que no buscamos al Señor, no esperamos en Dios, y sin eso no tenemos ningún impacto contra el Diablo. El ambiente hace toda la diferencia en cuanto al testimonio, porque el testimonio reflejará el nivel donde tú estás viviendo. Yo he visto esto pastoreando una iglesia: hay gente que realmente va adelante con Dios, y ellos hacen un impacto contra las tinieblas, pero hay otros con quienes Dios es algo secundario. Si necesitaba alguien para enseñar, ellos estaban dispuestos. Si necesitaba a alguien para predicar, ellos harían eso; ellos sabían todas las frases, pero no eran personas de oración, no eran personas espirituales, así que no tenían efecto sobre las tinieblas. Si tú estás tratando de operar en el poder del testimonio de nuestro Señor que ha ascendido, y tú estás viviendo una vida terrenal, tú ya estás derrotado desde antes de que empieces. Si tú estás tratando de hacer Su voluntad y Su obra, y está s viviendo en el ambiente del mundo, entonces ya estás vencido desde antes que empieces.

Si vas a tener un efecto contra las fuerzas de las tinieblas, debes ser una persona espiritual, debe de haber un tiempo cuando te encuentras con Dios, cuando esperas en Dios, un lugar donde te renuevas cada mañana. Así como Israel tenía que recoger el maná cada mañana, tú tienes que ser renovado, y entonces podrás mandar al Diablo. Si realmente vamos a tener un fluir del poder del trono, debemos ser separados en una manera espiritual de este mundo, de esta tierra. Tenemos que vivir aquí, pero El dijo que aunque estamos aquí, no somos de aquí. Cuando Daniel fue llevado a Babilonia, el tuvo tanto poder en Babilonia como lo tuvo en Jerusalén. Daniel nuca permitió que Babilonia entrara en él. Debemos ser en un sentido espiritual personas celestiales, sentados juntamente con El en los lugares celestiales; esta debes ser nuestra vida. El ambiente es importante para la función del testimonio: tú no puedes vivir en este mundo una vida terrenal, y después funcionar en los lugares celestiales. Debes andar como Cristo anduvo. Así que es a este testimonio que somos llamados; no somos llamados a hacer muchas cosas, las cosas van a venir por consecuencia. Somos llamados a ser lo que El desea, y cuando somos eso, el resultado será que haremos lo que El desea; somos llamados a ser, y no a hacer. Claro, podemos hacer toda clase de cosas, pero si realmente no somos espirituales, entonces lo que hacemos es echado fuera, es nada. Así que es al testimonio a lo que hemos sido llamados. Esto no es un ideal imposible de realizar, esto no es presentado como un alto nivel de verdad; la unica razón por la cual la Iglesia ha sido constituida, es el testimonio del Señor resucitado. Es mejor que no plantemos una iglesia si no es una Iglesia real. Yo no creo como algunas personas parecen creer que la iglesia en Corinto y la iglesia en Efeso son dos Iglesias diferentes. Yo no creo que los Corintos fueron llamados para una cosa, y los Efesios para otra; es el mismo llamado. Algunos estudiantes en esta escuela van a tener un efecto contra esa tiniebla espiritual, otros de ustedes no. Odio decir esto como profecía, pero es la verdad, y no es porque no todos hemos sido llamados a la misma cosa, sino porque algunos de ustedes no van a pagar el precio; van a vivir acá religiosamente, haciendo muchas cosas, preocupándose por el dinero, preocupándose por su pequeña obra, por su pequeño mundo, y no entendiendo porque están aquí. Es un asunto de si aceptamos el significado de la Cruz, para que nos lleve al poder de su resurrección, y eso determinará. Cuánto esa vida va a ser expresada a través de nosotros. La Cruz de Cristo ha sido puesta para remover de tu vida todo aquello que no es Cristo, y si tú aceptas ese significado, y estás deseoso de que esto obre a través tuyo, eso va a determinar cuán alto llegas con Dios.

Lo mas profundo que estés dispuesto de ir en la muerte de tu propio yo, lo mas que tu vas a levantarte en Su resurrección; si le permites a El que trate con todas esas cosas que no son de Cristo, entonces El puede levantarte, y tú debes saber que las pruebas y las tribulaciones de esta vida son esa Cruz. El asunto de ambiente afecta cualquier número de circunstancias. Primeramente hace la pregunta ¿estamos viviendo en un ambiente terrenal? ¿O estamos ligados con algo que en el fin de cuentas sólo es algo terrenal? Aún puede ser de un tipo religioso pero, ¿estamos atados con cosas terrenales que en el análisis final no tienen nada que ver con ese testimonio? Todas estas preguntas siempre se tienen que levantar, y la cuestión de que si estamos bien con el Señor, depende de si somos personas celestiales, o sólo somos personas terrenales religiosas. A los ojos de Dios nos hay diferencia en esa carne religiosa y la carne sodomita; todo eso va a ir al infierno igual, sólo Cristo es lo que importa. Así que queremos ver el rango, la amplitud de la batalla y del testimonio. Yendo paralelamente con los dos ambientes es lo que podemos llamar el rango de cosas, y no es tanto las dimensiones como los valores, las cualidades.

Vamos a ver otra vez la carta a los Efesios, y algunas de las mas grandes palabras que son encontradas ahí. Si lees esta carta te darás cuenta de ese lenguaje, los superlativos que el hombre de Dios está usando, las frases, las declaraciones, los términos: “la supereminente grandeza de su poder… fortalecidos con poder en el hombre interior…poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actua en nosotros…juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo. Jesus…y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia….la plenitud de aguel que todo lo llena en todo.” Estas son declaraciones a una iglesia viviendo en el Espíritu. Ves la cualidad, la amplitud de este testimonio. Toma todas estas declaraciones superlativas, trascendentes; no las tomes solamente como palabras, como letras; este no es un sermón, sino es un testimonio. Marca la amplitud que estas cosas representan: no tienes nada en la carta a los Corintios que se pueda comparar con esto; no hay tales declaraciones ahí.

Ellos estaban viviendo en el ambiente en el cual la mayoría de la iglesia vive hoy en el siglo XX, y nada como esto honestamente puede decirse de ella. Podemos hablar de tener poder sobre el poder del enemigo, pero El está teniendo una gran fiesta dentro de la iglesia. Hay muchas cosas vitales en la primera carta a los Corintios, pero en cuanto a la amplitud, a la profundidad, a la grandeza, en cuanto al valor espiritual concierne, no hay comparación con Efesios. Aún cuando tratamos con la esta iglesia como el cuerpo de Cristo en 1 Corintios 12, estamos tratando con ella conforme a su expresión aquí. Pero cuando tratamos con ella en la carta a los Efesios, lo estamos llevando mucho más allá del ambiente en donde estaban los corintios, donde era necesario que Pablo amonestára que un miembro no le puede decir a otro, “Yo no tengo necesidad de tí”; eso es lo terrenal. En lo espiritual nosotros en amor nos preferimos unos a otros; si tú lo puedes hacer mejor que yo, entonces debes hacerlo. Este es el ambiente de lo espiritual. ¡Como esa amonestación revela como estaban las cosas espirituales en Corinto!

¡En qué nivel terrenal estaba esa iglesia! El apóstol Pablo estaba revelando relaciones espirituales, pero eran una clase que está son producidas por un desorden espiritual. En todo el libro de Corintios, el estaba tratando con una clase de problemas espirituales que son el resultado de un desorden espiritual. Aquí los ves divididos, “yo soy de Pablo, yo soy de Cefas, yo soy de tal”, pero yo te digo, yo soy de Cristo, eso es lo que dice él; Pablo nunca murió por mí, él nunca resucitó por mí. Asi que todas esas cosas son el resultado de ese ambiente espiritual, y lo que Pablo estaba describiendo ahí, son condiciones creadas por el desorden espiritual. Pero cuando lees la cuarta capítulo del Libro de Efesios y ves las verdades del cuerpo ahí, es como si estuvieras respirando en una atmósfera diferente; cuando te mueves de Corintios a Efesios, eres llevado a un nivel mayor. Leemos en Efesios 5: 32, “Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y la Iglesia”; ahí tú eres llevado al gran misterio del cuerpo. Esto es diferente de lo que encuentras cuando en Corintios se habla acerca del cuerpo: el trata con el cuerpo de Cristo, pero ahí, el está tratando con las condiciones espirituales que han sido producidas a causa del desorden espiritual. Pero en Efesios él trata con las condiciones celestiales. ¿Cuál es la explicación de esta diferencia? No es que son dos Iglesias diferentes, sino tampoco que representan a dos llamados diferentes, sino que hay dos niveles diferentes donde ellos están viviendo. Si todas estas cosas maravillosas presentados en el libro de Efesios son elementos del verdadero testimonio de Jesús, entonces están en un lugar donde los terrenales son dejados fuera, donde nada de nosotros tiene lugar para operar. ¿Tú quieres conocer la supereminente grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos? Yo te pregunto esto personalmente ¿Tú quieres conocer eso? No puedes vivir en el nivel Corintio y tener la experiencia de los Efesios. Si vives sobre bases terrenales y naturales, aún como cristiano, tú no puedes participar de ese poder para con nosotros. ¿Quieres conocer la plenitud de Cristo? ¿Quieres estar en alguna forma relacionado con la plenitud que lo llena todo? Nunca puedes hacer eso si vives como Corinto. El testimonio es algo poderoso, es algo con los elementos y perspectivas impresionantes de nuestro Señor resucitado y ascendido, y será conocido y mostrado en la vida de la Iglesia. Pero la Iglesia tiene que venir al terreno de los Efesios. Yo no digo que toda la iglesia estaba en ese ambiente, pero es perfectamente claro que los santos en Efeso estaban en un lugar en donde la revelación podía venir, y lo único que los Corintos podían hacer era ser corregidos. Y la mayoría de las iglesias donde tengo que predicar necesitan ser corregidas, y no puedo traerles la revelación. Si la visita de Pablo a los Efesios y la carta que él escribió nos indican algo, es que había una plenitud; trajeron sus libros de magia y todo lo que no era de Dios, y los quemaron. Ellos sacrificaron todos sus ídolos en el fuego porque habían encontrado un nuevo misterio, y Pablo pudo decirles a los ancianos de Efeso, “yo les he declarado todo el consejo de Dios”. (Hechos 20:27 parafrasis).

Luego otra vez veamos la comparación entre los corintios y los efesios. Fíjate en estas dos iglesias y pon tu atención en esta palabra: “hombre”. ¿Cuál era el lugar del hombre en estas dos diferentes asambleas? En Corinto el hombre tenía un lugar muy grande; Pablo dijo: Yo no les pude hablar como a espirituales, sino como a carnales, porque entre ustedes hay celos y luchas y caminan como hombres, porque cuando uno dice: Yo soy de Pablo, yo soy de Cefas, y yo soy de otro ¿no actúan como hombres? (1 Corintios 3: 1, 3 y 4) El hombre aparece y obscurece a Cristo en esa iglesia. Toda esta carta trata con el hombre como, hombre; donde sea que apuntes, tocas este problema que el apóstol pudo ver, tocas la expresión del hombre mismo. Dos creyentes, miembros del mismo cuerpo, seguramente en un negocio de dinero, y luego ellos se van a la corte; es el hombre haciendo las cosas como los hombres las hacen, esa es la iglesia en Corinto. Pero cuando vienes a la carta de los Efesios y ves el hombre, ahí es el nuevo hombre del cual nos debemos de vestir. Ya no son muchos individuos separados, todos preocupados por su pequeño mundo, sino que todo individualismo es perdido y vemos la plenitud de Cristo. La palabra “hombre” es una clave en estas dos cartas ¿Cómo se ve esto? Si es permitido que ese hombre entre, habrá un estado tal como vimos en Corinto. Si permites que el hombre natural gobierne tus pensamientos, entonces tú vas a llegar a ser lo que ellos fueron. Si tú permites que el hombre opere como hombre en la iglesia, vas a llegar al mismo lugar. Pero si el se va, entonces la posición de los Efesios es lograda. Esa es la obra de la cruz, y debemos de saber eso. Pero luego vamos a ver el lugar del mundo. La palabra “mundo” ocurre muchas veces en la carta a los Corintios; ves la sabiduría del mundo, los príncipes de este mundo, en fin, lee las primeras lecciónes y vas a ver que gran lugar el mundo tiene ahí.

 

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