“y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.” (Mateo 10:38,39)

La palabra «hallará» denota una búsqueda seria, el hallazgo de un tesoro. Hay una implicación de que Su propia vida es su tesoro, y como tal, Él toma partido con ella y le permite hacer como desee y dominar su vida y diario vivir. Por lo tanto, pierde la vida más elevada y más verdadera, la vida divina. Pero el que pierde su vida (propia) al ceder a la cruz por amor de Dios, hallará la vida de Cristo.

Si perdemos nuestra vida al permitir que la muerte de la cruz lo realice, encontraremos Su vida que Él nos impartió cuando vino y nos habitó. Si no perdemos nuestra propia vida en cada lugar de prueba, no podemos recibir o conocer su vida en ese lugar. En cada situación, en cada prueba, nuestra actitud de corazón debe estar siempre en contra de nuestra propia vida y de lo que queremos, y en contra de la determinación de hacer como queremos, y de defender nuestras creencias y opiniones.

En muchas personas que creen que son salvos el poder de la cruz no funciona como deberían saber que funciona en la vida humana. Puede que no tengan la enseñanza y la revelación del trabajo experimental de la cruz sobre su propia vida. Por lo tanto, la autodefensa y la autojustificación arruinan sus vidas, a pesar de que no siempre las reconocen como siendo del yo…

Tenemos que preguntarnos cuánto estamos tomando la cruz, porque todos necesitamos la obra de la cruz en nuestras vidas. Si cedes, el Espíritu te dará discernimiento… Entonces debes decidir si cederás o no a la muerte lo que el Espíritu te muestra… Dios termina la cruz para purgar tu corazón, tu carácter, tu vida, para que seas llevado bajo el poder del Espíritu de Dios…

El amor a uno mismo se pesa contra del amor de Cristo en cada momento de decisión, ya sea en un pequeño problema o uno vital. Si optamos por el yo mismo, demostramos que nos amamos a nosotros mismos más de lo que amamos a Cristo… Cristo está siempre solo. Él está siempre en un lado de la escala, y todo y todos están en el otro lado. No es Cristo y alguien, o Cristo y algo; siempre es Cristo o alguien, Cristo o algo, Cristo o Yo. Que Dios haga esto tan real para nosotros que esté siempre fresco en nuestra vida diaria. —Cora Harris MacIlravy – Desconocido

El llamamiento de Dios es vivir la cruz. La cruz significa muerte a lo que eres, y la resurrección a lo que Jesús es. «A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, le confesaré yo también delante de mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos… No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido a poner al hombre en contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra. Y los enemigos del hombre serán los de su propia casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; el que pierde su vida por causa de mí, la hallará «(Mateo 10: 32-39). Tú eliges morir. Dios se encarga de la resurrección. —B. H. Clendennen – La Escuela de Cristo – [1922-2009]