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Devocional para Hoy! – 03 de Agosto

«…nuestra competencia proviene de Dios…” (2 Corintios 3:5)

En Cristo tenemos un amor que no puede ser medido; una vida que nunca puede morir; una justicia que nunca puede ser empañada; una paz que nunca se puede entender; un reposo que no puede ser perturbado; una alegría que nunca puede ser disminuida; una esperanza que nunca puede ser decepcionada; una gloria que nunca puede ser empañada; una luz que nunca se puede extinguir; una felicidad que nunca puede ser interrumpida; una fuerza que no puede ser debilitada; una pureza que nunca puede ser profanada; una belleza que nunca puede ser empañada; una sabiduría que no puede ser confundida; y recursos que nunca pueden agotarse. -Autor Desconocido-

Cuanto más reflexionamos sobre las palabras del Señor sobre el amor, y las ardientes palabras que el Espíritu dio a sus seguidores para escribir, más agudamente sentimos nuestra carencia mortal. La luz escudriñadora del Espíritu nos descubre a nosotros mismos, y tal descubrimiento nos deja consternados. ¿Cómo puede incluso Él, que es el Dios de toda paciencia, tener paciencia con nosotros? Como Job, nos aborrecemos y arrepentimos en polvo y ceniza; pero la luz no se enciende en nosotros para robarnos nuestra esperanza, sino que nos levanta. Si tan sólo deseamos ser purgados del yo con sus redes de enredo, sus sutilezas, sus disfraces (falsedades verdaderamente), su proyección superficial de bronce por oro, como dice el Tamil. Si de la odiosa falta de amor del fondo del corazón clamamos por ser liberados, nuestro Dios será para nosotros un Dios de salvación.

El camino del amor nunca es un camino fácil. Si nuestros corazones están puestos en caminar de esa manera, tenemos que estar preparados para sufrir. Fue el camino que el Maestro anduvo. ¿No debería el siervo caminarlo también? Es posible que estemos encerrados en circunstancias que nos drenan el amor natural hasta que nos sentimos secos como la hierba en una ladera de la India bajo un sol abrasador. Mirar a nosotros mismos nos lleva a la desesperación. Gracias a Dios, la sangre nos limpia.

Si no eres limpio, te haré limpio, Si estás enfermo, te sanaré. ¿Hallaste alguna vez amor tan real? -Amy Carmichael- [1867-1951, misionera a la India, sirvió allí 55 años sin tomar vacaciones, cristiana protestante, autora]

 

 

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