“…no le respondió ni una sola palabra…” (Mateo 27:14)

Nunca oyes decir a Jesús en el pretorio de Pilato una palabra que te permita imaginar que se lamentaba por haber llevado a cabo tan costoso sacrificio por nosotros. Cuando traspasaron Sus manos, cuando se resecó con fiebre, Su lengua seca como un fragmento de cerámica, cuando todo su cuerpo se disolvió en el polvo de la muerte, nunca oyes un gemido o un grito que parezca que Jesús dará un paso atrás en su compromiso. —Charles Spurgeon- [1834-1892, Predicador a los 17 años, autor prolífico, conocido como “el príncipe de los predicadores”]

Como Jesús en el jardín nunca habló con acusación
Que yo nunca diga una palabra
Como Cordero ante los sacerdotes
nada se le escapó en exasperación
Que yo nunca diga una palabra
Como el Salvador para los caídos
sólo cayó en súplica
Que nunca diga una palabra
Como mi Amor por mí tomó mi condena
Enséñame a guardar silencio
Nunca actuar violento
Abierto a la corrección
Tardo para la insurrección
Que nunca diga una palabra
—Anónimo-

Nunca juzgues ni condenes. Nunca acuses ni censures. ¡Ni una palabra! Nunca una expresión impura ni poco amable. Nunca una duda ni temor. Nunca un comentario despectivo de otro. Como quieres que otros hagan al mundo, así también tú… Ni una palabra de murmuración ni queja en súplica. Ni una palabra de regañar ni persuadir. Que el lenguaje sea sencillo, apacible, tranquilo. No pronuncies una palabra, dale oportunidad a Él para hablar. Atiende para escuchar Su voz. Esta es la manera de honrarlo y conocerlo. -Tratado- “Not A Word (Ni una palabra)” Faith Publishing House 2005. (Tratado de la Iglesia de Dios) —Tratado- “Not A Word (Ni una palabra)” Faith Publishing House 2005. (Tratado de la Iglesia de Dios)