“sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.” (Apocalipsis 2:10)

Justo donde estás en el conflicto,
Es tu lugar.
Justo cuando crees que eres inútil,
No escondas tu rostro.
Dios te puso ahí con un propósito,
Sea cualquiera que sea.
Piensa, Él te ha elegido para ello,
Trabaja con lealtad.
¡Ciñe tu armadura!
¡Sé fiel al trabajo o descanso!
Sea cualquiera que sea,
Nunca dudando, el camino de Dios es el mejor.
Afuera, en la lucha, o en el piquete,
Mantente firme y verdadero;
Esta es la obra que tu
Maestro Te da que hagas.
—Maude E. Moore- Brotherhood of Locomotive Firemen and Enginemen’s Magazine
Vol 58. Ohio: 1915 pág. 118

Cuando Santiago y Juan vinieron a Cristo con su madre, pidiéndole que les dé los mejores lugares del reino, Él no negó su petición, pero les dijo que tal les sería dado si podían hacer Su obra, beber Su copa y ser bautizados con Su bautismo. ¿Queremos la competencia? Las grandes cosas siempre están cubiertas por encima con las cosas más difíciles; y nosotros también encontraremos montañas y bosques, y carros de hierro, y gigantes. Los arcos de triunfo no son tejidos de flores color de rosa y cordones de seda, sino creados a duros golpes y cicatrices ensangrentadas. La dificultad es el precio de la coronación. Las mismas dificultades que soportas en tu vida hoy fueron dadas por el Maestro con el propósito explícito de permitirte ganar tu corona. No esperes alguna situación ideal, alguna dificultad romántica, alguna emergencia lejana; levántate para cumplir con las condiciones reales que la providencia de Dios ha puesto a tu alrededor hoy. Tu corona de gloria se encuentra incrustada en el corazón de esas cosas, esas dificultades y pruebas que están presionándote esta misma hora, semana y mes de su vida. Allí, amado, se encuentra tu corona. ¡Que Dios te ayude a vencer, y en algún momento usarla!” —Autor Desconocido- Cowman, Mrs. Charles E. clásico contemporáneo / Manantiales en el Desierto. Zondervan Corporation, 1996. [1870-1960, Lettie Cowman, sus libros eran devocionales compilados a partir de sermones, poemas, etc]

Él no dice que puedo elegir mi trabajo,
Y sólo hacer las cosas que más me agradan;
Tampoco me dice cuando haya servido por un tiempo,
Puedo poner Su armadura a un lado y descansar;
Él pide calma resistencia hasta el final,
Igual a través de la alegría o dolor,
a través de la luz o de oscuridad,
Y promete ser mi guía y amigo,
Así debo ocuparme hasta que Él venga.
—M.C. Hayward- Desconocido