«Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento” (2 Corintios 2:14)

El Señor, de una vez por todas, venció a Satanás en la cruz: «despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz». La victoria es el bendito privilegio de cada creyente en Cristo. La Vida Victoriosa es una persona, el Señor Jesucristo; y podemos experimentar Su victoria porque Él está morando en nosotros. Es la victoria de nuestro Señor Jesucristo mismo, la que hemos de experimentar y disfrutar.

La maravilla es que Su victoria, al igual que su salvación, es un regalo. El dinero no lo puede comprar. No se lo puede ganar orando. No se puede tratar de alcanzarlo. Ningún forcejeo puede alcanzarlo. Es un regalo de Dios para cada creyente en Cristo, y puede obtenerse tomándolo. «Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo».

Cristo nos espera para adornarnos con la experiencia de la victoria. En la multitud de los dones inestimables para su pueblo, su abrumadora victoria es uno de ellos. La realización de morar en nosotros y el alegre asentimiento de nuestra voluntad a Su gobierno y reino y dominio dentro de nosotros trae la experiencia del Cristo entronizado. Esta impagable victoria sobre el mundo y el yo mismo y el pecado es un regalo de Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, y está garantizada por la fe, al igual que todas nuestras posesiones en Él. «Y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe». –L.L. Leghers- Desconocido

¿Puede usted: sufrir sin quejarse, ser malentendido sin explicarse; soportar sin quebrarse, ser abandonado sin abandonar, dar sin recibir, ser ignorado sin dolerse, pedir sin dar órdenes, amar a pesar de la incomprensión, buscar al Señor por custodia, esperar por Su propia recompensa? -Central Church News- Desconocido