“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5)
“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.” (Jeremías 17:7)
“…bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” (Juan 20:29)
“…y a otros…” (Hebreos 11:35)

En este día de apostasía muchos del pueblo de Dios, que una vez confiaron en Él para cada necesidad de espíritu, alma y cuerpo, se están volviendo del “camino de fe” porque es demasiado estrecho. Habiendo caminado demasiado cerca de la frontera del mundo, han sucumbido a la propaganda de Satanás, y ahora testifican sin ruborizarse de los medios humanos a los que han recurrido para librarse de las pruebas permitidas por Dios. No dispuestos a “tomar la cruz” buscan a su alrededor una vía de escape que el enemigo de sus almas siempre pone a disposición. Muy pocos, parece, están dispuestos a estar entre los “y otros” de Hebreos, capítulo 11, “no aceptando el rescate”. Pocos, como Moisés están dispuestos a “soportar como viendo al Invisible.” El camino de la fe se está convirtiendo cada vez más impopular, dando su aprobación a los que han salido de la “esclavitud” de esas ideas anticuadas. Demasiados están como el predicador dijo: “No molestaría a Dios con algo tan pequeño”. El hombre ha llegado a ser tan autosuficiente que es cada vez más renuente a molestar a Dios con nada. Él vive en el presente, y debe tener su Cielo ahora. Ajustándose para hacerse uno propio (o una utopía que es un sustituto aceptable), se encuentra en una era atómica con sus miserias multiplicadas. La Palabra de Dios sigue en pie, y siempre lo hará. “A la ley y al testimonio. Si no dijeren conforme a esto, es porque no hay luz en ellos”. Si vienes al “lugar del Mar Rojo” o “donde acaba la sabiduría”, y Satanás te presiona para hacer algo (lo cual es lo más seguro que hará), busca la Palabra de Dios. Encontrarás amplias instrucciones allí, pero todo de la fe, y nada para glorificar al hombre. Es tan simple, y tan humillante para la carne: “ungir con aceite” (Santiago 5:14), “imponer las manos” (Marcos 16:18), “quebrar los cántaros” (Jueces 7:20), “Extiende tu vara “(Ex. 14:16), “cantar alabanzas “(II Crón. 20:22). Sin embargo, “Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre” (Salmo 125:1). Esta cuestión debe decidirse a la luz del tribunal de Cristo donde todos “recibirán las cosas se hagan en su cuerpo, según lo que ha hecho, sea bueno o sea malo”. Creo que estos serán radiantes de alegría en ese día que han elegido el “camino de fe ” porque es el “camino de la cruz”, y que “lleva a CASA”. —Z.E.-

No puedo saber por qué de repente la tormenta
Arrecia tan ferozmente a mi alrededor en su ira;
Pero esto sé: Dios vigila todo mi camino;
Y puedo confiar.

Puede que no descorrer el velo místico
Que oculta el futuro desconocido de mi vista;
Tampoco sé si me espera la oscuridad o la luz;
Pero puedo confiar.
—Autor Desconocido-