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Devocional para Hoy! – 9 de Octubre

“Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.” (Salmo 119:67)

Pocos son los que vienen a la cruz a clamar “Bienvenida, cruz” como algunos de los mártires hicieron en la hoguera en la que fueron quemados. Por lo tanto, si te encuentras con la cruz en tu viaje, en cualquier manera que sea, no seas intimidado ni digas: “¡Ay!, ¿Qué voy a hacer ahora?” Más bien, toma coraje, sabiendo que el camino al reino es por la cruz.

¿Puede un hombre creer en Cristo y no ser odiado por el diablo? ¿Puede hacer una profesión de Cristo, dulce y convincente, y los hijos de Satanás morderse la lengua? ¿Puede la oscuridad estar de acuerdo con la luz?…

En tiempos de aflicción, comúnmente encontramos las experiencias más dulces del amor de Dios. El final de la aflicción es el descubrimiento del pecado; y es para llevarnos a un Salvador. ¿No toma Dios a menudo la ocasión, por las más duras cosas que vienen sobre nosotros, para visitar nuestras almas con las comodidades de su Espíritu, para llevarnos a la gloria de Su Palabra, y para hacernos disfrutar de ese amor que Él tenía para nosotros, incluso desde antes de que el mundo empezara hasta ahora? Un nido de abejas y miel encontró Sansón incluso en el vientre de ese león que rugía sobre él. ¿Y no sirve de nada todo esto; o podemos andar sin esas santas asignaciones de Dios? Que estas cosas sean consideradas por nosotros y aprendamos como cristianos a besar la vara, y amarla.

Los justos son propensos a ser como niños bien alimentados, demasiado sin sentido, si Dios no les señala algunos días de ayuno. El Señor usa su flagelo de la tribulación para separar la paja del trigo. Observa a Pablo. Moría cada día. Él siempre se entregó hasta la muerte. Desesperó hasta de la vida, y esta es la manera de estar preparado para cualquier calamidad. Cuando un hombre piensa que él sólo tiene que prepararse para un asalto de hombres de a pie, ¿cómo podrá competir con los caballos? O si no ve más allá de los caballos, ¿Qué hará ante los desbordes del Jordán?

Nuestras aflicciones obran en nosotros un peso cada vez más excelente y eterno de gloria. Nuestras aflicciones lo hacen. No sólo porque está guardada una recompensa para los afligidos según la medida de la aflicción, sino porque las aflicciones, y cada servicio de Dios, hacen que el corazón sea más hondo, más experimentado, con más conocimiento y profundo; por lo tanto más capaz de sostener, contener y soportar más. —John Bunyan – The complete Works of John Bunyan (Las obras completas de John Bunyan). Bradley, Garretson & Co., 1871. [1628-1688]

 

No estar afligido es un signo de debilidad; porque, entonces, Dios no impone más nada sobre mí, porque Él ve que no puedo soportar más. —Joseph Hall – [1574- 1656, obispo inglés, escritor satírico y moralista, escritor]

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