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Lección 1.- La Cura Para El Sida Espiritual

Lección 1.- La Cura Para El Sida Espiritual

Hoy en día se habla mucho acerca de la unidad en los círculos ecuménicos, en donde hacemos de todo la iglesia. Ese es el lado del hombre, pero el lado de Dios es ¿cómo andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?

Leamos Salmos 133, “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna”. La palabra “Mirad” significa “miren acá, esto es un principio”. No toda la palabra de Dios es un principio. Parte de la palabra de Dios son puntos que se conectan con los principios, pero cuando Jesús iba a dar un principio del reino, El decía; “¡he aquí!”; esta exclamación señalaba un principio.

Cuando la Escritura dice, “cuán bueno”, se está refiriendo a los hermanos, al Reino, y al mundo ¿Qué quiere decir, “…es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón…”? La palabra “barba” es “sobre el anciano” que es el portavoz. El aceite comienza sobre la cabeza, luego desciende sobre el “hombre de la barba”. Nota que dijo la barba de Aarón, quien era el portavoz, por supuesto, de Moisés. Y ¿quién era el profeta Aarón? ¿Quién habló a la vida de Moisés? Era la barba de Aarón, la boca de Aarón, el mentón de Aarón.

“…baja hasta el borde de sus vestiduras”. La palabra “vestiduras” en el hebreo es “Peh”, que quiere decir “boca”. El segundo ejemplo de lo que sucede cuando los hermanos habitan juntos en armonía es, “…el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion…”. Es correcto tener el versículo 3 aquí, porque tenemos el principio, entonces tenemos 2 ejemplos: El aceite fluyendo y el rocío descendiendo. “Porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna”. La palabra “allí” en esta cita no se refiere a un lugar; se refiere a tiempo.

Es bueno cuando los hermanos habitan juntos en unidad. Cada palabra aquí es importante. La palabra “bueno” tiene 4 significados básicos; cuando dice, “cuán bueno es cuando los hermanos habitan juntos en armonía”, significa en primer lugar, “es moralmente correcto que esto suceda”. Es moralmente malo cuando no habitamos juntos en armonía o unidad, pero cuando el pueblo de Dios esta en unidad, en la unidad que Dios ordena, entonces Dios dice que es bueno, es decir, es moralmente correcto. Cuando la gente en una iglesia local, que tienen pactos unos con otros, no están en una vida de unidad, es moralmente incorrecto. La gente está perdida, debieran ser capaces de encontrar a Dios o recibir de Dios, pero no están encontrando a Dios o recibiendo de Dios, simplemente por esta desunión que impide a Dios enviar Su vida.

Observemos la iglesia de Corinto; la Biblia dice que a ellos no les faltaba ningún don, hablaban en lenguas, pero tenían sida espiritual porque ellos estaban divididos. La división destruye el sistema de inmunidad de una iglesia, de tal forma que cualquier espíritu demoniaco que quiera atacar el cuerpo de creyentes puede atacar en ese punto de división. Es como cuando tienes un corte en la piel; es ahí donde la carne se abre y los gérmenes y los parásitos pueden entrar y empezar a destruir. La división es lo mismo en el cuerpo de Cristo: cuando existe esta división, entonces los demonios pueden atacar y tomar ventaja de cuerpo en ese punto. ¡Cuán moralmente correcto es cuando estamos en unidad!

El segundo significado de la palabra “bueno” es, “es excelente intelectualmente habitar juntos en armonía”. Lo contrario, por supuesto, es necedad; es necio no habitar juntos en armonía. Cuando todos hacen lo que es correcto de acuerdo a sus ojos, es anarquía.

La unidad es unirte a lo que Dios está haciendo; no critiques. Esto es lo que trae Pentecostés; ser salvo no trae Pentecostés; por supuesto, es un prerequisito, pero no lo trae. Algo debe suceder a las personas salvas para que el aceite empiece a fluir, para que esa vida pueda realmente empezar a fluir, ministrar y sanar, y hacer todo lo necesario.

El tercer significado de la palabra “bueno” es, “es psicológicamente saludable”; esta palabra en hebreo es “towb”. ¿Alguna vez has pertenecido a una iglesia en donde no podías esperar para llegar ahí porque estabas inquieto, incómodo emocionalmente, y porque sabías que cuando llegaras ahí, ibas a ser inundado de la paz y de la presencia de Dios? La unidad de la Iglesia es saludable psicológicamente.

Pastoreé una iglesia por 35 años, y por supuesto, en el curso de ese tiempo, no hubieron muchas cosas que hayan sucedido en una iglesia que yo no haya visto. Han habido mujeres en el curso del tiempo que llegaron a esa iglesia cuyos esposos no eran salvos, y ellos eran hombres muy abusivos. Algunas veces abusaban físicamente de estas mujeres. Otras veces era un abuso mental, o de otro tipo. La vida de esas mujeres cuando estaban fuera de la iglesia era literalmente un infierno sobre esta tierra. Pero ellas podían venir a la iglesia, y en esa iglesia en donde la presencia de Dios se movía a través de las personas, había sanidad psicológica; esa paz venía a ellas, y fue de ahí de donde ellas obtenían su fuerza para volver y afrontar lo que tuvieron que afrontar. Donde sea que esta unidad esté, elimina la necesidad del sillón del psicólogo para decirte cómo sobrevivir. La paz de Dios es saludable psicológicamente; mejor que todos los cursos de la universidad o los seminarios del control del stress, es venir a la iglesia, en donde los hermanos habitan juntos en armonía.

El cuarto significado de la palabra “bueno” es, “es beneficioso económicamente”. No pienses en términos de dinero cuando yo digo económicamente. La palabra significa “legalización de la familia”. La unidad hace a la familia legal en el reino de Dios por el poder del Espíritu en él, y el diablo conoce esto, entonces su mayor esfuerzo es destruir la unidad del cuerpo; siempre está obrando con este fin, causando que uno se moleste con el otro, murmurando y quejándose. Causa que alguien siempre esté molesto con lo que está sucediendo, hablando mal en vez de traerlo a Dios en oración. Esa es la obra del enemigo que impide la unidad de esta Iglesia. Si alguna vez nos juntamos en unidad, Dios no va a esperar nada más: el fuego caerá y la vida vendrá. Y de esto es lo que el enemigo tiene constante miedo, que haya una repetición de Pentecostés, que la Iglesia llegue al lugar de acuerdo, que otra vez, repentinamente del cielo, venga el viento de Dios.

Pero, no sólo es bueno, también es delicioso habitar los hermanos juntos en armonía. La palabra hebrea para “delicioso” es “naiym”, que significa “deleitoso o placentero”. He aquí cuán bueno y cuán deleitoso es habitar los hermanos juntos en armonía. Pero cuán incómodo es cuando todos están haciendo lo suyo, y están ignorando al hombre que Dios ha puesto sobre esa iglesia. Toda obra grande de Dios siempre ha comenzado en el espíritu de un hombre. Dios llamó a un hombre, puso Su vida en ese hombre, y puso a ese hombre en un lugar en donde dé a luz esa vida. Y esto siempre es verdad, que cuando los hombres y las mujeres en la Iglesia empiezan a hacer lo suyo, e ignoran a ese hombre, cuando hay desunión, y donde sea que hay desunión, descartamos la posibilidad de que Dios derrame Su vida a esa congregación de personas. Pero siempre es por medio de un hombre. Nota que a través de la Biblia, cuando Dios deseaba una nación, el llamó un hombre, Abraham. Cuando El quería redimir al mundo, el llamó un hombre, Jesús. Siempre es de esta forma.

Entonces, es bueno y delicioso habitar los hermanos juntos en armonía. Pero la pregunta es ¿quiénes son los hermanos? Son aquellos que tienen afinidad unos con otros, un sistema interno de valores que compartimos en común. Nuestra labor es, a través de la predicación de la palabra de Dios, producir un pueblo en tal unidad que Dios pueda derramar Su vida, no sólo a estas personas, sino también a través de estas personas. Eso nunca podrá suceder a menos que tú y yo como mensajeros de Dios cumplamos nuestro propósito como la voz de Dios, y que nos aseguremos que lo que sea dicho en el púlpito, lo que sea dicho en la escuela dominical, sea de un mismo sentir, con la misma visión que Dios ha puesto en tu corazón para aquellas personas a quienes Dios te ha llamado a ministrar. Debes producir hermanos a través de quienes esta unidad pueda fluir.

“Hermano” no simplemente quiere decir que tenemos una afinidad, sino que tenemos un parecido el uno al otro. Y ese parecido es del corazón y de la vida. Eso es producido por la palabra de Dios. No puedo dejar de enfatizar esta verdad. Debemos predicar y proclamar con la consistencia del mensaje y el Espíritu, hasta que produzcamos hermanos que tengan un sistema de valores basado en lo que ellos creen, y que produzcamos hermanos que estén relacionados el uno al otro, porque tienen los mismos valores, la misma visión, y el mismo deseo en la vida. Estamos construyendo, motivando, y formándonos unos a otros. La Biblia nos llama un pueblo peculiar, un sacerdocio real. La palabra “peculiar” significa, confeccionado a la imagen del patrón de Jesús. Eso nos hace hermanos. El significado básico de la palabra “hermanos” es, “tenemos un pacto juntos”. No nos parecemos mucho unos a otros en este punto como quisiéramos, hay mucho con qué tratar, pero tenemos un pacto. Quiero hacerte una pregunta muy importante: ¿qué significa tener un pacto?

Mirémosle a Abraham. Abraham ofreció sacrificios, una parte en cada lado de la zanja. Lo ponía justamente a cada lado, para que pudiera caminar entre el sacrificio, con la sangre derramándose en la zanja; Abraham estaba caminando literalmente en sangre. Las aves de rapiña venían y trataban de robar ese sacrificio. Recuerdas la historia, Abraham estaba luchando contra esas aves que venían sobre el sacrificio. Cuando ves aves, aparte de águila o cuervo, envuelto en cualquier cosa relacionada a pacto, siempre representa espíritus demoniacos. Permíteme decir esto otra vez, porque tu y yo estamos edificando hermanos que van a tener un pacto, un pueblo a través del cual Dios pueda derramarse. Vimos cómo fue el pacto de Abraham con Dios; el sacrificio, el caminar por la sangre, y esas aves volando sobre el sacrificio. ¿Qué estaba sucediendo? Abraham estaba sacando a los demonios de encima del sacrificio. Ellos sabían lo que iba a suceder, y estaban ahí para impedir ese pacto. Abraham permanecía en el medio, en la sangre. Tú y yo somos hermanos de sangre andando en medio de la sangre de Cristo, nuestro sacrificio divino, luchando contra los demonios que quieren dejar sin efecto ese sacrificio al quebrantar este pacto con los hermanos, o la Iglesia, o Dios. El luchó hasta que no pudo luchar más. Luego aparece la presencia de Dios como una antorcha de fuego, y empieza a ir por atrás y por adelante con Abraham en esa zanja.

Los hermanos de pacto no están solos. Tenemos la presencia divina del Dios Todopoderoso en la preservación del sacrificio. Pero recuerda, se necesita dos para hacer un pacto. Pablo nos dice en Gálatas que Dios Padre hizo el pacto en Cristo, no en Abraham, el Abraham del Antiguo Testamento. Pablo nos dice que Dios Padre hizo ese pacto en Cristo, y Dios se lo dio a Abraham, quien lo pasó a nosotros como familia de Dios. Abraham fue vencido con fatiga. El se fue y descansó, porque Dios había venido a tomar su lugar. Pero se necesita dos para hacer un pacto, y la Biblia dice que ese hombre frágil, Abraham, estaba al costado del sacrificio. Y vino otra presencia , tomando el lugar de Abraham, y, juntamente con Dios el Padre, lucharon contra demonios, caminando por esa sangre; esta otra presencia, caminó en lugar de Abraham, hasta que finalmente el pacto fue sellado.

Pablo nos dice en Gálatas que fue el Cristo pre-encarnado quien vino al lado de Dios el Padre, mientras que Abraham estaba dormido, y selló el pacto en ese momento en Génesis. Cuando este pacto fue completado entre el Padre y el Hijo, Dios despertó a Abraham y se lo dio como un producto terminado. Entonces, somos hermanos, porque estamos en el pacto sellado por Dios, el Padre, y Dios, el Hijo, y entregado a nosotros como un producto terminado. ¡Qué bueno es cuando las personas del mismo pacto con una afinidad juntos, creciendo bajo el mismo patrón, habitan juntos en armonía!.

Veamos esta palabra “habitar”. La palabra es “yashab” en el hebreo. No significa tomar un descanso juntos. Esta palabra “yosheb” tiene tres significados. Significa moldear y fundir nuestras vidas a una. Estamos hablando acerca de lo que Dios debe hacer en la iglesia local para poder alistar la coordinación, y alistarlo para que sea lo que El quiere que sea, para ser el lugar donde El pueda enviar Su vida. Los hombres y las mujeres que están juntos en las iglesias locales tienen que moldear y fundir sus vidas juntos de tal forma que mi vida en este cuerpo local, es mucho más importante que la vida en el mundo secular, que no haya comparación. Que vengamos a ser tán unidos en este cuerpo, que nuestro trabajo en este cuerpo sea tan importante, que todo lo demás que hagamos en la vida no tiene importancia en comparación con ello. ¡Cuán bueno es cuando tienes un cuerpo de creyentes juntos, que reconocen que sus vidas en unidad como el pueblo de Dios, son más importantes que sus vidas como individuales! Ahora, cuando moldeas y fundes algo junto, tiene que ceder su individualismo.

En segundo lugar, significa que nosotros fijamos y establecemos nuestras vidas juntos como uno, y “establecer” significa cortar toda vía de escape: “Yo soy un miembro de este cuerpo de creyentes, por lo tanto, yo no voy a permitir una via de escape en esta comunidad”. Tu dirás, “a mí no me gusta lo que está sucediendo.” Entonces arrodíllate, dícelo a Dios, porque no hay via de escape en este pacto. Ese principio debe ser fijado y establecido. Permite que el Espíritu Santo a través de la palabra de Dios establezca este principio en los hermanos, en la iglesia, que no hay via de escape. Tú no puedes simplemente tomar tu pelota e irte a tu casa cada vez que sucede algo que no te guste.

Cuando te unes en matrimonio, es, “hasta que la muerte los separe”. Este es el tercer significado. No hay nada que vaya a romper este pacto. Estoy hablando de esas iglesias que van a estar aquí cuando suene la trompeta que reunirá la cosecha de Dios. El ministerio edificado sobre la personalidades y trucos, nunca durará mucho tiempo: ellos muy pronto desaparecerán, si es que están edificados sobre cualquier otra cosa que no sea la Palabra por el poder del Espíritu de Dios. Una renovación tiene que arder en la Iglesia antes que venga el fin. El moldear, fundir, y venir a ser uno, requiere que yo entienda que mi parte en el reino no puede ser cumplida por nadie mas que yo.

Primero, eso es nacido en tí, luego debes darlo a luz, y debes darlo a luz en aquellos que Dios te ha dado para ministrar. Tienen que saber que tienen un trabajo, y es mejor dar que recibir. Y es tu trabajo inculcar en esas personas que nadie fuera de tí puede hacer lo que Dios te ha llamado a hacer.

Pero finalmente, la palabra es “monogamia”. Monogamia – un esposo o una esposa. Nota que “gama” significa esposo, “gamy” significa esposa. Esto es, una persona a quien me entrego totalmente en cuerpo, alma, espíritu, para ser una carne. La Biblia dice que Dios está llamando a hermanos y hermanos de pacto, para moldear, fundir, y casar sus vidas como uno. Conoces la palabra “gameto”: Un gameto es producido cuando un esposo y una esposa que se aman y están comprometidos uno al otro, se unen; el cuerpo de él suelta espermatozoides, el cuerpo de ella suelta óvulos. Mientras ella esté en posesión de ese óvulo sin unirse a él, ese óvulo vivirá dos o tres horas y morirá, pero cuando se unen, moldeados, fundidos, unidos, ese espermatozoide alcanza ese óvulo y un proceso llamado cigosis se lleva a cabo, e instantáneamente ya no es un óvulo, es una persona. Una vida humana ha sido formada en ese momento. Ese vientre ha venido a ser una incubadora de la vida.

Cuando nos reunimos como uno, reconociendo a Dios como más importante que yo como individuo, y rendimos nuestra vida totalmente sin reservas, entonces, venimosa ser la incubadora del reino divino de Dios. La vida explosiona. No puedes tener vida en una Iglesia dividida. Tienes muerte. Lo que pasa es que rompes el sistema immunológico, y el diablo lo toma. La vida es provista por cada coyuntura; esto es una parte del cartílago entre los huesos que transforma los tuétanos de cada hueso en corpúsculos vivientes de sangre roja, y hace que la sangre fluya a la vida del cuerpo. Y cuando nos unimos en uno, la vida fluirá de entre nuestras coyunturas. La unidad, “yachad” significa, “un acuerdo”, el convertirse en un cuerpo saludable – cada miembro haciendo su propia labor.

¡Cuán bueno y cuán placentero es para los hermanos habitar juntos en unidad, porque ahí Dios envía vida eterna!

 

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