Lección 6.- Jesús Y El Universo Del Hombre
Seguiremos tratando con la Persona de Jesús, el hombre celestial, aquel del cual la Biblia dice que es el primogénito de una nueva raza, de cuya raza somos tú y yo. El vino a ser un hombre a través del nacimiento virginal; la virgen, bajo la sombra del Espíritu Santo, recibió la semilla de Cristo en su vientre. Yo vine a ser una nueva criatura cuando el mismo Espíritu Santo plantó la semilla de Cristo en mi espíritu humano. Así que como hombre, yo soy ahora lo que El es, no como Dios, sino como hombre.
En 2 Corintios 12: 2 dice, “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo”.
En Efesios 4: 13 dice, “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…”.
En Hebreos 2: 5 dice, “Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando”; no a los ángeles, sino al hombre. El hombre fue creado.
Tú has sido llamado por Dios para llevar este mensaje del Evangelio. Si hay alguna verdad que tienes que saber, tienes que saber esta verdad de Cristo como Dios y hombre a la vez. Y tú tienes que entender que el hombre fue creado para que todos los pensamientos y realidades maravillosas de Dios puedan ser expresadas a través de él. Esa es la razón por la cual Dios nos ha creado; nosotros nos hemos desviado por muchos caminos equivocados, la religión ha producido mucha necedad, pero Dios nos ha creado para este propósito.
Ya he demostrado que si Adán, el primer hombre, se hubiera quedado con Dios, entonces la tierra sería llena del conocimiento de Dios. El eligió al diablo, y por lo tanto, ha llenado la tierra con el conocimiento de Satanás. Yo he estado en América del Sur, el Pacífico Sur, Asia, Europa y Africa, y nunca he estado en ningún sitio donde no sea conocido el diablo. Pero tampoco nunca he estado en ningún lugar donde una nueva criatura haya estado, que Cristo no es conocido. La primera creación, a través de Adán, fracasó en la prueba, y en la caída, el hombre llegó a ser una especie completamente diferente. El hombre fue creado por Dios, con espíritu, alma, y cuerpo; ese fue el orden y la función de su ser, pero en la caída, el espíritu del hombre murió. Cuando él pecó, el espíritu del hombre fue tan violado que se hundió en sujeción al alma. Ahora, el hombre ya no es un hombre del espíritu, sino un hombre del alma, viviendo en el orden de lo que puede ver, oler, sentir, tocar y gustar. Como Dios es Espíritu, toda comunicación con Dios se perdió; el hombre fracasó ante la prueba. Ahora, Dios nunca planeó esa caída; el propósito de Dios era una línea recta a través de las edades. Nunca planeó la caída, pero, siendo Dios, El sabía que el hombre iba a caer, y por eso Cristo fue inmolado antes de la fundación de la tierra. En el pensamiento de Dios, su plan era una línea recta a través de las edades. La caída rompió esa línea, pero la redención hizo un puente en esa brecha, y con una nueva creación puso al hombre de regreso en el propósito del Dios, para que a través de él, Dios pueda ser revelado en este universo. La redención restauró el propósito de Dios.
La caída del hombre trajo una nueva intervención de Dios en la persona de su Hijo. La encarnación de Cristo en la naturaleza humana logró muchas cosas. Primeramente demostró el tipo de hombre que Dios desea. Ahora bien, este término “hombre” es genérico, e incluye a ambos: hombre y mujer. Pero la intervención de Dios por parte de su Hijo nos demostró el tipo de hombre que Dios está buscando: Jesucristo es el único al cual debemos ser conformados, el es todo lo que nosotros llegaremos a ser. En segundo lugar, esta intervención quitó al tipo del hombre que Dios no desea: fuimos sepultados con El, fuimos sepultados en Su muerte, el hombre viejo y sus deseos fueron crucificados; tenemos que considerar esto como un hecho. Y en tercer lugar, trajo a la existencia las facultades y los componentes de una nueva creación. Por lo tanto la creación del hombre y la subsecuente encarnación de Cristo, representaron el llevar a efecto ese gran propósito de Dios para expresarse a si mismo a traves del hombre. De esto se trata la nueva creación.
Es algo maravilloso pensar que Dios haría una criatura llamada hombre, para que a través de él, El pueda grabar Sus propios pensamientos y mente para revelación al universo. Eso humillará el corazón de cualquier humano, cuando se da cuenta que ésta es la razón por la cual es salvo, y no simplemente ir al cielo. Yo voy a ir al cielo, pero Dios me ha traído a la existencia, me ha levantado de esa muerte espiritual, para que a través mío pueda haber una revelación de los mismos pensamientos y la misma mente del eterno Dios.
En el pasado eterno, Dios pensó pensamientos, El deseó deseos, y tuvo cierta voluntad. El hombre fue creado para que los pensamientos, deseos, y voluntad de Dios pudieran ser revelados a través de su persona. Para que esto suceda, tiene que haber una muerte a todo lo que yo soy en lo natural, para que yo pueda lograr aquello para lo cual Dios me ha llamado espiritualmente. El conocimiento del hombre aún está en una etapa imperfecta después de todo este tiempo que él ha estado sobre la tierra. ¿Qué es el hombre? Esto todavía es una pregunta válida para el hombre natural. En el aspecto de la maldad, está más allá de la comprensión, lo que el hombre es capaz de hacer. Bajo la gracia, en unión a Dios a través de Cristo, los potenciales de una humanidad redimida para el bien también están mas allá de la comprensión humana. Esto es lo que quiso decir el salmista cuando él dijo que fuimos formidable y maravillosamente creados. Es muy importante que nosotros mantengamos eso cronológicamente correcto. Cuando yo nací de mi madre, yo fui formidablemente creado: había toda la posibilidad de que yo cayera tan bajo como Hitler, o Stalin; las posibilidades y el potencial estaba en mí. Fui asombrosamente creado cuando nací de nuevo: las posibilidades están ahí para despertar a la imagen de Jesucristo. El hombre vino de la mano de Dios, por lo tanto, todos sus problemas son teológicos, y las repuestas están en el conocimiento de Dios.
Es importante que demos una mirada a algunas de las ramas de la ciencia del hombre. Primero, tenemos la ciencia médica. Esto tiene que ver con las funciones del aspecto físico. Después de todos los siglos que el hombre ha estado sobre la tierra, aún siguen encontrando que hay nuevas complejidades y complicaciones que están más allá del alcance del hombre; encuentran la cura para una enfermedad, y otras doce enfermedades aparecen. El cuerpo humano y sus dolencias están más allá de la comprensión del hombre natural.
Luego tenemos la ciencia de la mente humana, principalmente desarrollada en nuestro tiempo. Esto es el mundo de la psiquiatría, la cual ha venido a la existencia en nuestro tiempo. Esto es todo lo que tiene que ver con la mente humana; está siendo probada, analizada, investigada, y aún así está más allá del alcance de los expertos; la mente humana desafía y derrota los mejores esfuerzos para solucionar sus problemas.
El hombre natural, en su esfuerzo para solucionar los problemas de la mente humana, ha recurrido a la práctica del médico brujo. La hechicería es un conjunto de drogas. La palabra “hechicería” viene de la palabra “farmacia”, de la misma palabra de donde obtenemos la palabra “farmacéutico”. Cuando la Biblia habla sobre el sistema religioso de la ramera con su hechicería, se refiere a las drogas de ese tiempo. La psiquiatría ha llegado a eso. El hipnotismo, es una diablura en su forma más baja. Los tratamientos de shock han sido incluídos en la investigación del hombre sobre la mente humana.
Tercero, está la ciencia de las relaciones humanas: seres humanos viviendo juntos, ya sean dos, o comunidades, o naciones. Esto es lo que hemos llegado a llamar sociedad, y es un área de estudio en la cual multitudes están dedicándose a investigar, y en la cual billones de dólares están siendo gastados. Es el estudio del problema de la gente viviendo juntos y relacionandose, y cuando lo expandes a naciones, los problemas se hacen complejos. Los psicólogos han venido al púlpito y el consejero ha reemplazado al predicador en el trato con los problemas de las relaciones humanas en el matrimonio, pecado, sexo prematrimonial, etc. Vemos con esto todo lo que ha entrado a la Iglesia, y los resultados han sido fatales.
También hay la ciencia que tiene que ver con las razas humanas. El racismo siempre ha sido un gran problema; billones de dólares se han gastado al tratar de averiguar los componentes peculiares de las diferentes razas, con el propósito de solucionar problemas humanos. Una raza se caracteriza por algunas cosas y otra raza se caracteriza por otras cosas, y esto genera un gran problema mundial. El problema racial está más allá del hombre, lo vemos aquí: Todos los días hay alguna acusación al racismo. Jesús lo sabía; vemos esto en Mateo 24, cuando El habló acerca del fin, diciendo que en los últimos días habría guerra y rumores de guerra. La palabra que usa aquí es la palabra “ethos”, que significa “étnico”. Lo que El estaba diciendo era que habría guerra entre grupos étnicos. Desde que la Segunda Guerra Mundial terminó y los grandes poderes coloniales empezaron a retirarse de los imperios colonizados, empezamos a ver que estas guerras étnicas comenzaron a suceder,. raza contra raza. En Africa es tribu contra tribu; no es la raza de acuerdo al color, pero de acuerdo a la tribu. Pero es lo mismo, raza contra raza, grupo étnico contra grupo étnico. Lo hemos visto en Bosnia, lo hemos visto en Armenia, Azerbajan y por todo el mundo. Este problema está más allá del alcance del hombre natural.
Pero finalmente, tenemos también este ámbito entero que es una ciencia completa en sí misma, que tiene que ver con la naturaleza humana, y particularmente con el pecado en la naturaleza humana. Ahora bien, el hombre se ha ocupado del pecado en la naturaleza humana desde el principio. El pecado en la naturaleza humana es todo un mundo de maldad. El hombre cree que él evolucionó de una forma inferior de vida, y que el medio ambiente determinó su evolución. A causa de esto, la ciencia de la naturaleza humana cree que se puede cambiar a una persona al cambiar su medio ambiente. La primera renovación urbana en los Estados Unidos fue en el estado de Pennsylvania, Filadelfia. Un billón de dólares se gastó para hacer que esa barriada sea transformada en un lugar bello; pusieron veredas limpias, todo nuevo. Yo recuerdo haber visto en televisión la marcha. ¡Qué día! “Todos los criminales van a cambiar ahora; estamos sacándolos de este ambiente y poniéndolos en un nuevo ambiente; de todas maneras vamos a renovarlos”. Diez años después, yo estaba en la cuidad del “amor fraternal,” Filadelfia, y yo le dije al taxista que me lleve para ver esta renovación urbana. ¿Sabes lo que encontré? Puertas colgando de sus bisagras, tuberías vendidas por alcohol, las casas eran barriadas otra vez, todo el vecindario había vuelto a lo mismo. Como ves, no es el ambiente, sino lo que el hombre es por naturaleza.
Cuando el hombre pecó contra Dios, vino a ser pecador por naturaleza. No es lo que él hace, es lo que él es; el es un pecador, y tiene que nacer de nuevo. Los especialistas de conducta dicen que un hombre es malo porque es pobre, pero la única diferencia entre el pecado en las barriadas y el pecado en los lugares bonitos, es que en los lugares bonitos se cubre la pestilencia con colonia, porque ellos tienen dinero. Qué pecado es decirle a un hombre que es un criminal porque es pobre. Yo crecí en un mundo en el que aún los pobres nos llamaban pobres, pero yo nunca robé nada; no éramos criminales, ni nunca ofendimos a nuestro vecino. No es el medio ambiente, Dios dice que el hombre nace en pecado; el pecado está en su naturaleza. La religión no puede cambiarlo, el debe nacer de nuevo. Donde sea que encuentres al viejo hombre, él es el mismo, no importa si está en Africa, Europa o América del Sur.
El hombre actúa como actúa porque es lo que es. El pecado es un estado. Por el pecado de un hombre todos somos hechos pecadores: esta es la verdad que se ha perdido en el evangelio de hoy. Tratamos de pensar que algunas personas son mejores que otras y que el potencial de todo está en el ser humano sin Dios. Las obras de la carne, como homicidio, fornicación, adulterio, rivalidades, discordia, odio, hechicería, y todo el resto en la lista de las obras de la carne, están potencialmente en cada hombre y mujer nacido de mujer. Todos están incluídos, y la posibilidad de que tú seas un asesino de masas está ahí. Yo no sé por qué nosotros los que conocemos a Dios, nos asustamos con las terribles atrocidades que el hombre comete contra sí mismo. La Biblia nos dice que así es el hombre: totalmente depravado en sus deseos, en su conciencia, en su pensamiento, en sus acciones. Ese es el mundo de la naturaleza humana, así es el pecado.
De esta manera les he mostrado cinco grandes mundos que forman el universo relacionado a la realidad de la humanidad. Todo esto viene con el hombre. El hombre ha intentado solucionar estos problemas, y fue peor. Dios dice que los problemas del hombre son complejos; esto significa que están más allá de él mismo. El hombre en sí mismo está atrapado en una telaraña sin esperanza y no puede salir de ahí, pues el leopardo no puede borrar sus manchas. ¿Hay alguna respuesta? Pregunto esto porque eres tú quien va a salir para predicar el Evangelio que es la única esperanza de esta generación o de cualquier generación.
Vemos en este tiempo las violaciones, los asesinatos, la indiferencia terrible de la vida humana, y es fácil para tí y para mí pensar que este es el peor momento en la historia de la humanidad. Es el peor momento que yo he conocido en mis 7 décadas de vida, pero te digo, que no es el peor de la historia; sólo es el fondo del barril, donde el hombre siempre llega cuando se olvida de Cristo, y siempre en la historia, (como la Biblia lo dice y la historia lo comprueba), sólo hay una respuesta: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es…”. En el nuevo nacimiento, Dios rehace al hombre, y todo lo que Dios hace es bueno. Donde sea que un hombre nació de nuevo, no hay racismo en ese hombre; Dios tratará con eso. Donde sea que un hombre nació de nuevo, la naturaleza de Dios está en él y donde sea que tú encuentres esta nueva creación, siempre será igual. Algunos han progresado más que otros. Ellos han tenido más tiempo o más oportunidad, han sido influenciados, quizás, con una mayor verdad en la predicación del Evangelio, y han avanzado más, pero por naturaleza es lo mismo. Esta es la respuesta; no hay racistas en la familia de Dios. He predicado en muchos países de Africa; algunos de mis mejores amigos están allá. Uno encuentra racismo por el color: negro contra blanco, blanco contra negro. Pero si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Las cosas viejas, los prejuicios pasados, el racismo pasado, todas estas cosas pasaron; Dios llega a ser el centro de nuestras afecciones, y así nos volvemos daltónicos. No importa el idioma que hablemos, si hemos nacido de Dios, tenemos la naturaleza de Dios. Hay respuesta para el problema de la enfermedad: “…por su llaga fuimos nosotros curados”; no hay ninguna enfermedad conocida por el hombre que no haya sido incluída en Cristo en el Calvario. Jesucristo es la respuesta, la única respuesta a toda la complejidad de la vida.
En los Estados Unidos, había un programa cristiano que iba por todo el mundo llamado “Desafío Juvenil”; trataba con los drogadictos y gente con problemas de este tipo. El gobierno hizo un estudio de 5 millones de dólares sobre este programa, y encontraron 86% de éxitos: 86 de cada 100 drogadictos que conocieron a Cristo, y fueron enseñados por Cristo, fueron liberados y se mantuvieron así. En contraste el programa del gobierno tuvo menos de 1% de éxito: menos de uno de cada 100. Ellos vieron que la respuesta era una sola: Jesucristo. La diferencia en la prueba fue Jesucristo, y ellos rechazaron el programa; aquel que Dios hizo Cabeza, el hombre lo puso de lado.
Pero tú y yo tenemos que predicar y predicar fuertemente que hay una respuesta a estos problemas complejos, y la respuesta es una sola: el Señor Jesucristo.