
Devocional para Hoy! – 05 de Agosto
«…y el principado sobre su hombro…” (Isaías 9:6)
En esto consiste el secreto de la vida cristiana exitosa. Existe la gloria de una vida escondida con Cristo en Dios. Es la belleza de Jesús brillando en los ojos de la consagración, y los labios testificando de la experiencia del corazón. «Ya no soy yo, sino Cristo que mora en mí». Nunca los reyes terrenales mostraron tal interés tierno en sus súbditos. Nunca hubo un monarca como el Señor, dispuesto a reinar en el trono del corazón humano; pues las riquezas de su gracia, y las joyas de su amor son mucho más valiosas que toda la riqueza de los reyes terrenales.
¡Si tan sólo lo dejáramos realmente gobernar! Si pudiéramos reconocer que el principado está sobre sus hombros, nuestros miedos y preocupaciones tontas desaparecerían como la oscuridad antes de la salida del sol, y estaría en su lugar el don de su paz, y la belleza de su confianza. ¡Hazlo Rey! ¡Corónalo Señor de todo! Que tu entrega sea tan completa, que las cargas que soportas y las penas que compartes se conviertan en amor y felicidad bajo la magia de Su toque.
Él te conoce mejor que tú mismo. Él entiende tus problemas y sabe tus perplejidades. Sólo Él bajó los oscuros pasillos del futuro. Sólo él conoce los secretos de tus mañanas. Déjalo regir y reinar en ti, y la oscuridad se convertirá en luz, y el desierto del alma brotará y florecerá como la rosa. Los lugares solitarios estarán contentos por ello, y el milenio emitirá sus felices sombras ante ti. ¡Recibirás un anticipo de Su glorioso reinado, cuando lo corones rey de tu corazón y de tu vida! -Charles S. Price- [1887-1947, predicador, una revista impresa]
Rey de mi vida, te corono ahora,
Tuya será la gloria.
Para que no me olvide tu frente
coronada de espinas,
Que me guio al Calvario.
-Jennie Evelyn Hussey-
«King of my life I Crown Thee now (Rey de mi vida te corono ahora)»
Música de William James Kirkpatrick [1874 – 1958]
La unción significaba que Él (Cristo), estaba bajo el gobierno directo de Dios, y que se negó a referirse a su propio juicio y sentimientos acerca de cualquier cosa. Debería significar lo mismo para la Iglesia. Todo tiene que ser diferido a Cristo. Oh, que la iglesia realmente pueda saber esta verdad de manera que una vez más entendamos el verdadero significado de la cruz.
Dios nos está preparando para algo. Estamos destinados a gobernar y reinar con Cristo. Así que ahora tenemos que, con el tiempo, aprender cómo estar bajo la autoridad de Dios. -B. H. Clendennen-Escuela de Cristo- [1922-2009]