“También le irritaron en las aguas de Meriba; Y le fue mal a Moisés por causa de ellos, Porque hicieron rebelar a su espíritu, Y habló precipitadamente con sus labios.” (Salmos 106:32,33)

La gente estaba sedienta y pronunciaron palabras rebeldes contra Dios y contra Moisés. Dios entró y forjó liberación, pero el espíritu de Moisés fue provocado. Vea el comentario: “le fue mal a Moisés.” Un espíritu no provocado siempre llama a Dios a la escena, mientras que el espíritu provocado deja a Dios fuera. Es para esto que el diablo trabaja, para conseguir que seamos provocados… El espíritu malo se mete en Moisés. Él golpeó la roca en lugar de hablarle a ella, y llama a las personas “rebeldes”, etc. “habló precipitadamente con sus labios.”

Dios es infinitamente paciente con los hechos malos. Sus siervos estaban para representarlo a Él; y en cambio, por su espíritu provocado, ponen una nube sobre el carácter de Dios. El pecado en el espíritu del profeta esconde del malhechor el carácter paciente de Dios. Mira a Jesús en la cruz. Lee una y otra vez esa historia maravillosa. ¿Qué mal hecho a ti o a mí puede ser comparado con los insultos amontonados en Jesucristo, el Hijo amado de Dios? ¿Y qué dijo Él?

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” He aquí el Cordero de Dios, ofendido por el mal, ¡pero intacto por él! Toda nuestra redención está arraigada en el espíritu no provocado del Cordero de Dios. El Señor Dios del cielo y de la tierra se redujo para nuestra máxima necesidad en el espíritu no provocado.

Cuando Dios quiere llegar a los malhechores atroces, Él parece decir otra vez: “Voy a dejar que ellos hagan su voluntad, para que vean mi Espíritu en mi hijo.” Y cuando se provoca nuestro espíritu, se oculta Su gloria y se retiene Su mano. Hay que dar paso a Dios, dar paso para que el Espíritu de su Hijo posea nuestros espíritus. ¿Has sufrido profundamente? ¿Sientes que tienes todo el derecho de sentirte tan ofendido? Que el Señor Jesús posea tu espíritu, y tendrás todo el poder de Dios de tu lado para abrumar al malhechor.
– De “Herald of His Coming (Heraldo de Su Venida)” –

Oh, cristiano, aprende bien esta lección,
Sólo podemos ser usados por Dios,
Cuando la comunión con Él ha formado
Nuestras bocas como una espada afilada.
– Clifford Lewis –
Desconocido