«Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento…” (1 Pedro 1:13)
“Y tomad el yelmo de la salvación…” (Efesios 6:17)

Otro ámbito en el que esta batalla continúa es en la mente del creyente. Hay un oscurecimiento, un embotamiento, cuando orienta sus pensamientos a Dios. A veces tu mente puede estar clara y libre cuando trabaja en cosas corrientes, pero cuando se trata de cosas espirituales tu mente vaga. Se vuelve nublada, no va a funcionar. Debes tener cuidado y reconocer que se trata de una obra del enemigo. Además, él asalta nuestras emociones para secar o congelar hasta nuestros sentimientos para que no podamos ejercer ningún tipo de función del corazón en relación al Señor Dios. Lo mismo es cierto en el reino de la voluntad. Hay momentos en que parece que no podemos tomar una decisión. La muerte rompe sobre nosotros en cada una de estas esferas, y las experiencias son más o menos comunes a todos, porque esta es la batalla.

Nuestras mentes deben estar bajo la cruz. Nuestros sentimientos y nuestros caminos deben estar bajo la cruz, todos los días. Esa nueva creación debe ser el amo y señor de los sentidos. Este es el carácter progresivo de la santificación. La mente del hombre debe renovarse día a día, y el hombre exterior debe ser puesto bajo sujeción. Esto es lo que significa ser conformado a la imagen de Cristo. -B. H. Clendennen-La Escuela de Cristo- [1922-2009]

Solo Tuyo
Oí al amado Redentor decir,
En tonos de amor divino,
«Me di a mí mismo, oh hombre, para ti,
Y ¿No serás mío? »
Veo al Varón de Dolores inclinarse
Y morir en la cruz;
Fue Todo para mí, Señor, yo sé,
Y todo tu amor confesar.
Para mí, se levantó e intercede
Sobre el trono de su padre;
Y he aquí que su tierna
misericordia suplica
Para hacerme todo suyo.
¿Y se aferrará mi pobre corazón dividido
al mundo y a ti?
No, Señor, toma todo, y no una parte,
Todo tuyo siempre seré.
-Daniel S. Warner Dominio Público-
[1842- 1895 escritor de himno, conocido principalmente
por ser el fundador de la Iglesia de Dios]