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Devocional para Hoy! – 16 de Enero

“No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue…” (Proverbios 30. 8, 9)

Un hombre de fama internacional fue invitado a una cena en el hotel, que costaba cinco dólares por plato, dada en su honor hace unos años, cuando estaba en la cúspide de su popularidad. Rechazó la invitación, dando la razón de la siguiente manera: “He venido directamente de China. Allí aprendí mucho sobre la hambruna que prevalece. Miles de personas mueren diariamente de hambre. Las enfermedades contagiosas arrecian violentamente. De un gran número de médicos que fueron enviados a la zona afectada, sólo siete regresaron con vida. Se necesitaban medicamentos a toda prisa, y me ofrecieron el uso de mi avión. Cuando llegué a mi destino, me encontré con los médicos y enfermeras que iban a recibir la medicina, pero una turba de gente se agolpaba sobre nosotros con la esperanza de conseguir algo de comer. Estaban tan hambrientos que algunos de ellos mordieron las alas de mi avión. Debo decir que me fui de China siendo un hombre diferente. La ciencia es una cosa buena, pero necesitamos en este momento algo más que ciencia. Lo que necesitamos es un nuevo espíritu. Nunca más, siempre que las alas de mi avión lleven las marcas de los dientes con hambre de pan, y siempre que el hambre en el mundo no sea aliviada, voy a comer una cena de cinco dólares.” —Pentecostal Evangel— 

 

Oh, qué amarga vergüenza y dolor,
Que el tiempo pudiera existir
En que dejé la piedad del Salvador
Rogaba en vano, y con orgullo respondía,
“Todo yo y algo de Ti”.

Sin embargo, Él me encontró: yo lo vi
Sangrado en el madero maldito;
Oí rogar, “Perdónalos, Padre.”
Y mi corazón anhelante dijo débilmente:
“Algo de mí mismo, y algo de Ti”.

Día a día, su tierna misericordia,
Sanando, ayudando, plena y libre,
Dulce y fuerte, y oh, tan paciente,
Me humilló, mientras le susurré:
“Menos de mí mismo, y más de Ti.”

Más alto que el cielo más alto,
Más profundo que el mar más profundo,
Señor, tu amor, por fin ha vencido;
Concédeme ahora el deseo de mi alma,
“Nada de mí mismo, y todo de Ti.”

—Theodore Monod— “None of Self and All of Thee (Nada de Mí Mismo y Todo de Ti)” {Dominio Público}

 

 

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