“He aquí os doy potestad… sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.” (Lucas 10:19)

A través del Calvario, Satanás es un enemigo derrotado. Ha sido “reducido a nada” por la muerte de Cristo; y todos son librados de sus opresiones los que afirman, por la fe, su liberación ahora a través del poder vencedor de la sangre (la muerte) del Cordero; esta gloriosa victoria de la cruz. Pero no sólo el día vendrá cuando el diablo será arrojado fuera de los cielos a la tierra, no sólo que más tarde será atado y arrojado al abismo por mil años, sino que su destino final está sellado, el cual será ser lanzado al lago de fuego y azufre.

En otras palabras, cuando estás en el lado del Señor en el Conflicto de los Siglos, estás en el lado de una victoria segura. Recordemos que, aunque el diablo puede rabiar como un león rugiente, Dios es más grande que el diablo. Por otra parte, deja que este hecho se te torne claro. Cristo en vosotros, Dios en ti, es mayor que el diablo. Con el debido reconocimiento de la intensidad del conflicto contra los poderes de las tinieblas, nunca moremos en los pensamientos referentes al diablo y sus fuerzas de una manera que exalte su poder y nos traiga una indebida conciencia sobre demonios.

Con cada realización de la batalla de las fuerzas satánicas, debe haber una realización aún más aguda del poder y la autoridad de Cristo dentro de nosotros; y que Cristo nos permite enfrentar estas fuerzas sólo para que podamos ver su derrota. Utilizar la autoridad en Su nombre es ver gran liberación de las opresiones del enemigo, tanto para nosotros como para los demás… La victoria es segura; la promesa no puede fallar: “Hollarás al león y al áspid pisarás, sobre el cachorro de león y la serpiente pisarás Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.” (Salmos 91:13) “os he dado autoridad… sobre toda fuerza del enemigo.”
-Dorothy Gregg Wright-
Desconocido

La cobra es una serpiente muy venenosa, y durante siglos su picadura era una muerte segura. Una persona mordida por una cobra no tenía ninguna esperanza. En cuestión de horas estabas muerto. En la India, donde esta serpiente es más frecuente, el gobierno descubrió que cierta raza o linaje de caballos belgas era inmune a la picadura de la cobra. La cobra al picar este caballo no le afectaba. Se enteraron de que al permitir que el caballo sea picado, la sangre del caballo picado produciría un suero que a su vez inmunizaba a las personas picadas por la cobra. ¿Debo recordarte que una serpiente más venenosa de la cobra ha picado a la raza humana? Por el pecado de un solo hombre, todos hemos sido constituidos pecadores. La Biblia llama al diablo, la serpiente. A través de la picadura de la serpiente antigua, el diablo, la muerte pasó a toda la raza humana. Durante miles de años, la muerte reinó. La Biblia dice que la muerte reinaba y la muerte gobernaba. ¿Por qué? No había ningún antídoto. El veneno estaba en el torrente sanguíneo, y todos tenían que morir.

Hace dos mil años, vino a esta tierra uno que era inmune a la mordedura de la serpiente. Él no conoció pecado. Para salvar a la familia humana de la muerte, el Santo, Jesús, voluntariamente dejó que la serpiente le pique. “El que no conoció pecado, por nosotros se hizo pecado…” Al permitir que la serpiente le pique, Él tomó mis pecados y tus pecados. Jesús, en efecto, dijo a Satanás: “Inocúlame con los pecados de todo el mundo, y en mi muerte, yo venceré a la muerte. Mi sangre se convertirá en un antídoto… La sangre es la cura, la única cura para la lepra del pecado mortal. Esto no es una, medicina patentada barata. Se trata de una cura eterna. La santidad de la sangre de Jesús neutraliza el pecado e inmuniza al pecador.
-B. H. Clendennen- La Escuela de Cristo –
[1922-2009]