Devocional para Hoy! – 2 de Octubre
“Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió…” (Juan 4:34)
Manténnos en quietud en el minuto antiguo
Mientras estás silente y el viento atraviesa
¿Puede el bote hundirse mientras Tú, querido
Señor, estás en él?
¿Puede el corazón desmayar si espera en Tu voluntad?
—Amy Carmichael- [1867-1951, misionera a India, donde sirvió por 55 años sin vacaciones, cristiana protestante, autora]
La idea de que las personas hostiles o circunstancias desfavorables pueden impedir la voluntad de Dios de cumplirse en una vida humana es completamente errónea. Nada ni nadie, puede obstaculizar a Dios o a un buen hombre.
Que un hombre ponga su corazón sólo en hacer la voluntad de Dios, y será instantáneamente libre. Nadie le puede impedir. Si entendemos que nuestro primer y único deber consiste en amar a Dios supremamente y amar a todos, incluso a nuestros enemigos, por puro amor de Dios, entonces podemos disfrutar de la tranquilidad espiritual en todas las circunstancias. O si las tribulaciones rastran nuestra alma, todavía podemos descansar en la profunda seguridad de que estamos haciendo la voluntad de Dios, y de que Él está aceptando nuestros propios sufrimientos como un sacrificio dulce, agradable delante de Él.
Es sólo cuando introducimos nuestra propia voluntad en nuestra relación con Dios que nos metemos en problemas. La esencia de la adoración espiritual es amar supremamente, fiar en confianza, orar sin cesar, y tratar de ser santo y como Cristo. ¡Cuán imposible que alguien pueda obstaculizar ese tipo de “práctica”!
Si vemos que estamos fastidiados por obstáculos externos, puedes estar seguro de que somos víctimas de nuestra propia voluntad. Nada puede obstaculizar el corazón que está totalmente entregado y silenciosamente confiado, porque nada puede obstaculizar a Dios. —A.W. Tozer- The Root of the Righteous (La raíz de los justos). Christian Publications, 1986.
¿Puedes tomar el suelo estéril,
Y con todas tus penas y fatigas
Hacer los lirios crecer?
¿No puedes? Oh, indefenso hombre,
Ten fe en Dios. ¡Él PUEDE!
¿Puedes pintar las nubes de atardecer,
Y todos los colores del atardecer tejidos
En el cielo?
¿No puedes? Oh hombre impotente,
Ten fe en Dios. ¡Él PUEDE!
¿Puedes calmar tu corazón turbado,
Y hacer que todas las preocupaciones y dudas salgan
De tu alma?
¿No puedes? Oh hombre sin fe,
Ten fe en Dios. ¡Él PUEDE!
-Autor Desconocido-