“Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén” (Lucas 9:51) “…iba delante subiendo a Jerusalén” (Lucas 19:28)

En ambos textos, el pronombre (aunque tácito) es enfático. Él mismo prosiguió avanzando. Nadie lo guio, pues nadie había subido a la cruz aún. El camino aún no se había abierto a este precioso monte Calvario. Él y sólo Él iba delante. No sólo fue antes que los discípulos mientras subían a Jerusalén, sino que Él nos ha precedido a nosotros y nos abrió el camino sobre el cual nuestros pies van hacia todo lo que Dios tiene para nosotros. La Eternidad parece tan cerca, y Dios imprime en nosotros el hecho de que sólo hay un camino por el cual podemos llegar a las filas de los vencedores. Es a través de todos los días tomar la cruz hasta que el poderoso evangelio trabaje en nuestras vidas hasta alcanzar la salvación plena y vencer. ¿Has pensado atentamente la ruta sobre la cual Él viajó? Él dejó a un lado Su gloria y Él mismo se vació hasta la sumisión perfecta a la voluntad de Dios. El primer paso que debemos dar si queremos seguir en este camino hacia Jerusalén es sumisión a la voluntad de Dios. Debe existir el vacío perfecto; debe haber perfecta humildad; debe haber una obediencia hasta la muerte, la muerte de la cruz.

Dios nunca trae una cruz a menos que haya algo en nosotros que necesita ser perfeccionado. Es la misteriosa pero maravillosa cruz que Dios ha exaltado y nos llama a asumir y soportar cada hora de cada día… Dios no nos ha dicho que hablemos mucho sobre la cruz, sino que la carguemos. Hemos perdido la dulzura y fragancia porque hemos hablado mucho acerca de nuestros sufrimientos cuando deberíamos haber gozado en la cruz, a través de la cual somos perfeccionados solamente a la imagen de Jesucristo.

Él nos llama a seguirlo. “Si alguno quiere venir en pos de mí, Si alguno quiere venir en pos de mí” ¿Dónde se fue? ¿Dónde le hemos encontrado en camino? Él viajaba a Jerusalén; Iba hasta la cruz… Si vas con firmeza hasta la cruz, como Jesús firmemente subió a Jerusalén, debe haber una concentración de todos los deseos y poder y propósito sobre Jesucristo y la cruz, independientemente de las personas o cosas o cualquier otra consideración. Debes aprender a amar y abrazar la cruz cada vez que te enfrenta.
– Cora Harris MacIlravy –
Desconocido

Si Dios te envía una cruz, tómala y síguele.
Úsala con sabiduría, para que no resulte inútil.
Cárgala con paciencia, para que no resulte intolerable.
Si fuere ligera, no la tomes con ligereza.
Si es pesada, no murmures.
– Quarles –
[Francis Quarles- 1592- 1644, poeta inglés]

Oh Cruz que levantas la cabeza,
No me atrevo a pedir que yo huya de ti;
Estoy en la gloria muerta del polvo de la vida,
Y desde el suelo florece el rojo,
Una vida que será interminable.
– George Matheson {Dominio Público} –
[1842-1906, teólogo escocés, predicador, escritor de himnos]