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Devocional para Hoy! – 8 de Noviembre

 

“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo…” (Santiago 1:1)
“Judas, siervo de Jesucristo…” (Judas 1:1)

Así, con audacia y con orgullo escribieron Santiago y Judas en una época en que la mano de obra y el servicio era una insignia de inferioridad y vergüenza. Un hombre bien, fue puesto en un bloque de esclavos en un mercado de esclavos de Egipto. Su amo le estaba vendiendo. Los hombres ofertaban por él. Un inglés que pasaba se detuvo, miró, escuchó y empezó a pujar. El esclavo le vio y sabía que el inglés era un viajero del mundo. Pensó que si el inglés lo compraba, él sería llevado de Egipto, de los amigos y seres queridos, y que no volvería a verlos nunca más. Así que maldijo al inglés, delirando y maldiciendo, y tirando de su cadena para alcanzarlo y aplastarlo. Pero el inglés, impasible, superó la oferta, por fin, de todos los demás, y el esclavo fue vendido a él. Él pagó el precio, recibió los documentos que hicieron el esclavo de su propiedad, y luego se los entregó al hombre negro. “Toma estos documentos; eres libre”, dijo, “Te he comprado para darte tu libertad”. El esclavo miró a su libertador y sus desvaríos cesaron. Las lágrimas inundaron sus ojos; al caer a los pies del inglés y abrazando sus rodillas clamó: “¡Oh señor, déjame ser tu esclavo para siempre. Llévame a los confines de la tierra. Déjame que te sirva hasta que me muera!” El amor había ganado su corazón, y ahora el amor lo constreñía, y sentía que no podía haber alegría como la de servir a un amo. Esta es también la libertad y el servicio verdaderos del cristiano… Para el pecador, el yugo parece intolerable; la carga parece insoportable. Pero para aquellos que han entrado en el secreto del Maestro, su yugo es la insignia de la libertad, y su carga da alas al alma. Esta es la santidad. Es la plenitud de la consagración y devoción. Es la bondad de los ojos. Es el amor perfecto que echa fuera el temor. El esclavo por amor no teme al Maestro, porque se alegra en la voluntad del Maestro. “No se haga mi voluntad, sino la tuya”, “Aunque Él me mate, voy a confiar en él”, dice el esclavo por amor.
– S.L. Brengle –
Love-Slaves (Esclavos por Amor). Salvationist Publishing & Supplies 1929. [1960/36, comisionado en el Ejército de Salvación, líder, autor, maestro, predicador de la doctrina de la santidad]

¡La voluntad de Dios para mí! ¡Que se haga!,
¡La voluntad de Dios, cualquiera sea!
Su voluntad y sabiduría no pueden errar;
Su voluntad es la mejor para mí.

¡La voluntad de Dios para mí! Le doy la bienvenida,
Sea lo que pueda significar
De disciplina, de castigos,
De testeos doloridos y agudos.

¡La voluntad de Dios para mí! ni más ni menos,
Y nada más a su lado,
En toda mi vida, dentro, fuera
Que Él sea glorificado.

¡Oh preciosa, preciosa voluntad de Dios!
¡Oh bendito lugar de descanso!
Alta montaña de visión donde mi alma
¡Puede siempre ver Su rostro!
– T.O. Chisholm –
[Thomas Abdías Chisholm- 1866-1960, poeta, escritor de himnos]

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