Lección 7.- Ministrando Liberación Y Vida A Los Escogidos
En 1 Pedro 2: 4-5 dice, “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.
En Ezequiel 44: 15-18 dice lo siguiente, “Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán para ofrecerme la grosura y la sangre, dice Jehová el Señor. Ellos entrarán en mi santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas. Y cuando entren por las puertas del atrio interior, se vestirán vestiduras de lino; no llevarán sobre ellos cosas de lana, cuando ministren en las puertas del atrio interior y dentro de la casa. Turbantes de lino tendrán sobre su cabezas, y calzoncillos de lino sobre sus lomos; no se ceñirán cosa que los haga sudar”.
En Hebreos 3: 6 dice, “Pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza”.
Quiero decirte que la presencia de la casa espiritual, la Iglesia, es siempre la señal para el antagonismo satánico. Este es un aspecto de la casa espiritual en el propósito de Dios. Si la casa espiritual está aquí, está para ministrar vida y liberación a los escogidos de Dios. Esta es la gran parte de la vocación del pueblo de Dios. Esta vocación es tan grande que, inmediatamente que empezó la Iglesia, todo el infierno se movió desde abajo contra ella. Cuando apliques la Escuela de Cristo y empieces a mover la Iglesia, o regreses a la Iglesia que estás pastoreando, la cual verdaderamente Dios llama una Iglesia; o comiences a edificar una Iglesia y empieces a establecer el orden en esta casa espiritual de acuerdo a la obra de Dios, todo el infierno se va a mover contra tí. Este movimiento del infierno contra la Iglesia fue en muchas formas, dos de las cuales pueden ser discernidas claramente. En primer lugar: por medio de un trabajo sutil desde adentro, para llevar a la Iglesia a un colapso interno. Y en segundo lugar: para abrumarla con fuerza bruta.
La primera indicación en la historia de la Iglesia en que Satanás obró sutilmente de manera interna, fue a través de Ananías y Safira, y fue declarado directamente de ser satánico. “¿Porqué dejaron que Satanás llenara su corazón…?”. Si no hubiera sido por el rápido juicio de Dios sobre este asunto, esto se hubiera esparcido como un cáncer. Juntamente con el fracaso de los esfuerzos internos de Satanás, vino la otra forma de actividad satánica contra la Iglesia, una fuerza agresiva y abierta para tratar por medios directos de destruir el instrumento de Dios. Todo esto es un indicativo que Satanás reconoce que el asunto es él o la Iglesia. Ambos no pueden seguir juntos. Por esto comprendes el por qué la guerra espiritual contra la Iglesia está siempre presente. Cuando él puede reducirla a sólo una entidad terrenal, entonces estará totalmente satisfecho. No es que él no quiera que esté aquí algo que se llama una Iglesia, sino que él está totalmente en contra de este vaso acerca del cual hemos estado tratando.
Vamos a ver la casa espiritual y el propósito de Dios por el cual El la estableció. Los acontecimientos mundiales actuales no son meramente políticos y temporales, sino que son espirituales en su naturaleza y esencia. Es también verdad que no sólo es el subyugar de ciertas personas en la tierra, lo que está en la mira de Satanás, sino que es algo dentro y entre el pueblo aquello que amenaza al dominio del mundo, a través de su Anticristo. Debemos reconocer que no sólo es nuestra existencia como Iglesia lo que está en peligro, sino que estamos contra la gran prueba si es que vamos a cumplir con nuestro llamado celestial o no. Si no sientes la opresión de Satanás, entonces puedes estar seguro que te has convertido en cualquier cosa, menos en lo que Dios se propuso que fueras.
Cuando escuchamos esas prédicas exageradas sobre prosperidad y movimientos de fe y aquellas que hablan cerca de que todos los problemas que tienes vienen del diablo y no de Dios, te puedes dar cuenta de que esto es promocionado por el diablo, porque él quiere reducir a la Iglesia al punto que no tenga necesidad de atacarla. El ataque de Satanás contra Cristo en Su casa es algo real que tenemos que tomar muy en serio. Todo el esfuerzo de Satanás desde el principio ha sido destruir la vida del pueblo de Dios aquí en la tierra. A lo único que él tiene miedo es a la vida. Esto es todo. A él no le interesan las reglas, o en cuántos programas de televisión tú apareces, ni qué tan grande sea la escuela dominical. Lo único que asusta a Satanás es la vida. Ahí y solo ahí es donde se dirige el ataque satánico. Así pasó con Job. El libro de Job no fue escrito para mostrarnos que las cosas que Job temía cayeron sobre él. Job fue quien dijo esto y no Dios. Esto no tiene nada que ver con la verdad que Dios quiere traer. El esfuerzo de Dios está en mostrarnos qué es la vida. Cuando pierdes la vida , entonces no hay ocasión para que Satanás ataque. A él no le importa cuán grande seas. Cuando Job perdió su fortuna , perdió todo, inclusive a su hijos; estando en su patio, rascándose la sarna con un tiesto, él seguía aún siendo de tanta amenaza para Satanás como cuando tenía todas sus riquezas, y todo lo demás. Satanás le envió a su esposa para tratar de inducirlo al suicidio.
La vida de Cristo en la Iglesia es el objetivo del ataque de Satanás en esta dispensación. La Iglesia ha sido llamada de acuerdo al propósito de Dios y es la escogida como, instrumento para la realización de este propósito, esto implica la manifestación del más terrible poder que el universo contenga contra el propósito de Dios. ¿Cuál es el propósito de Dios? Tiene que ver primero con lo cual estuvimos ocupados en relación con la casa, llamada a ser la exaltación del Hijo de Dios en el trono de este universo. Este es comprensivamente el propósito de Dios, y la Iglesia es llamada no sólo a compartir esta exaltación, sino a ser el instrumento en la realización de este propósito. Esta exaltación no es automática; esto implica el poder más terrible de Satanás en su esfuerzo para impedir esta exaltación. Es un asunto espiritual que puede ser lograda solamente por el poder espiritual. Por esto es que somos llamados “piedras vivas”. Somos parte y porción de la misma vida de Cristo y del propósito de Dios concerniente a Cristo. Y es la vida de El en una manifestación final y completa en la Iglesia, la que va a ser la demostración completa de la gloria del Señor Jesucristo. El Señor Jesucristo no puede ser manifestado en gloria como Supremo Señor en el universo de Dios hasta que la escogida de Dios haya llegado al punto absoluto de triunfo sobre todo el poder de la muerte. Y así es por el triunfo de la Iglesia, que la gloria de Cristo es mostrada.
No es novedad, que siete veces en dos capítulos del libro de Apocalipsis está la expresión “al que venciere…”. Es a este grupo vencedor de Cristo a quien la Gloria será mostrada. e convierte, por consiguiente, en un asunto espiritual, y no en un asunto frío, sin vida y mecánico; descubrimos que para llegar al fin de Dios, la Iglesia, el instrumento por el cual este fin es alcanzado, tiene que levantarse contra el último fragmento y onza del poder de Satanás; tenemos que levantarnos contra él. Todo esto implica el desalojo del poder de Satanás al máximo para que Dios pueda manifestar cuán grande es su Cristo. Esto es un principio que está en toda la palabra de Dios, lo vemos una y otra vez. Podemos ver este principio en la palabra dirigida a Faraón, “Para este propósito te he levantado, para demostrar en tí mi poder”. Faraón era solamente un tipo y se le permitió mucha libertad. Dios lo pudo haber destruido en la primera oportunidad que él desobedeció Su orden. Dios lo probó diez veces hasta que toda la fuerza de su poder fue manifestada. Entonces Dios lo destruyó. No estamos contra Faraón, estamos contra todo el poder de Satanás mismo. La Iglesia como instrumento del propósito de Dios tiene que ser demostrada en ser absolutamente superior al diablo. Por lo tanto Dios no construye cercas a su alrededor. El permite que el enemigo venga una y otra vez. No para mostrar el poder de Satanás, sino para mostrar el poder de su Cristo.
Cuando el Señor hace que su vida esté en su pueblo, una cosa cierta sucederá, y es que este pueblo será un instrumento para atraer la muerte contra ellos mismos. Tú te preguntarás por qué, cuanto más cerca estás de Dios, más parece que tú atraes muerte sobre tí mismo. Simplemente, esta es parte de nuestra vocación. Es verdad que la casa espiritual, la Iglesia, está en existencia como el instrumento por el cual Dios va a cumplir su propósito. Por lo tanto esto sólo puede ser cuando todo el poder de Satanás es expuesto para ser eliminado. La vida de Dios en esta Iglesia debe ser manifestada de manera más grande que todo el poder de la muerte.
Resumiendo los pasos mencionados, vemos que: Primero, está la presencia de una casa espiritual, la Iglesia. Aquí, por lo tanto está la señal para la acción satánica. Segundo, todo el esfuerzo de Satanás está puesto contra la vida de Cristo en la Iglesia. Tercero, la realización del propósito de Dios a través de esta Iglesia necesita la eliminación del poder de Satanás con el fin de mostrar la grandeza de Cristo.
Entonces veamos ahora el curso del conflicto. Es imperativo que sepas esto. No eres llamado sólo para ir al cielo, ni para que sólo llenes un cuaderno de apuntes. Eres llamado para ser la casa espiritual, este instrumento, y si tú lo eres, tú vas a traer en contra de tí mismo todos los poderes de Satanás. Porque tú tienes que demostrar lo que eres, que lo que Dios ha hecho en tí es más poderoso que todos los poderes de Satanás. Y mientras vemos el curso del conflicto, entonces puedes siempre relacionar y saber que es Dios obrando en tí su propia voluntad y su gloria. Satanás ha tenido una sucesión de instrumentos en la tierra. Comenzó con Caín. “Caín era del malo”. Una y otra vez lo vamos a encontrar. Ahí está Doeg, el edomita, siempre tratando de sacar ventaja ¿de quién? Del rey de Dios.
También Amán el agagueo, planeando la muerte de todos los judíos. Así es que Satanás ha tenido su línea de sucesión. Pero Dios también ha tenido su línea de sucesión, desde Abel hacia adelante, a través del cual provocó el poder de Satanás. El Señor le da al enemigo una buena cantidad de soga, una medida de éxito, pero debemos recordar en todo esto que el poder de Satanás y su éxito no sucede a pesar de Dios sino a causa de Dios. Y cuando sabes esto, entonces eres animado a avanzar en la lucha contra este enemigo. Dios está simplemente sacando a Satanás, y cuando la copa de su iniquidad sea llena, entonces Dios entrará y mostrará lo grande que es su Cristo. Debemos entender lo que Dios está haciendo para que no desfallezcamos cuando veamos el mal aparentemente triunfando en la tierra. Cuando veamos avanzar lo que aparentemente es falso, y veamos a la maldad tan triunfante en la tierra, debemos saber lo que está pasando, o desfalleceremos.
Dios no actuará mientras la maldad esté en su inicio; El esperará hasta que haya llegado a su madurez. Una de las grandes señales para tí y para mí es retroceder y ver que el éxodo de Israel de Egipto sincronizaba con una condición espiritual en la tierra que Dios le iba a dar. La copa de la iniquidad tenía que estar llena antes que Dios ejerciera su poder contra ellos para darles la tierra. Recuerda esto. Cuando comiences a plantar la vida en aquella iglesia, entras en la lucha y permanecerás en ella.
Así que vemos la vocación de la Iglesia. La vocación de la Iglesia en relación a todo esto, es con el propósito de ministrar liberación y vida a los escogidos. Es el ministerio de intercesión, intercesión sacerdotal, una casa espiritual, un sacerdocio santo para ofrecer a Dios sacrificios espirituales. En estos últimos días el enemigo está viniendo contra la vida de Cristo en la Iglesia como nunca antes. Nosotros (la Iglesia), estamos aquí para permanecer en Dios por esta vida. Le representamos a El, aquí en este lugar de su propio rechazo.
No podemos decir demasiado acerca de la actividad interna del enemigo; la propaganda de poderes espirituales para poner al pueblo de Dios fuera de acción por medio de resquebrajamientos y colapsos internos. Satanás está continuamente tratando de sacar a la gente fuera de su ministerio de oración, poniendo dudas sobre su aceptación y su acceso a Dios. Cuando actuamos en base a las acusaciones de Satanás, por un lado es una negación viva del valor de la sangre de Jesucristo, y por otro lado, es caer en manos de Satanás y darle ventaja sobre el pueblo de Dios. Recuerda que toda interferencia de nuestra vida de oración, es un movimiento estratégico de parte del enemigo para destruir nuestra vocación.
Estamos aquí para la liberación y la vida del pueblo de Dios. Esto es, hacer intercesión por los santos de Dios. Atiende esto con el corazón. Somos parte del cuerpo de Cristo, una piedra viva en la casa espiritual, y nuestra misma existencia como tal, se relacionará con la liberación y la vida del pueblo de Dios en todo lugar. No es un asunto opcional el cumplir un ministerio intercesor o no, y orar por todos los santos en todo tiempo. La casa de Dios es algo vivo y las marcas de su vida es que sea activa y enérgica en una forma espiritual, caracterizada por el espíritu de intercesión. No es que tengamos reuniones de oración y que la gente ore si tiene ganas de hacerlo. La casa de Dios es caracterizada por la intercesión.
Si estamos viviendo por lo que somos en Cristo, en todo momento que haya oportunidad de orar, lo haremos. La vida es algo espontáneo, e igualmente la intercesión es una parte de la vida, que es espontánea. Si el Espíritu del Señor tiene cabida en nosotros, seremos personas de intercesión; no podremos evitarlo. Por lo tanto, tenemos que estar seguros de nuestro acceso a Dios, y para estar seguros de El, tenemos que conocer el valor infinito de la sangre de Cristo. La Sangre que existe para tratar con cualquier cosa que nos desanime. Podemos fallar, pero la Sangre hace posible que instantáneamente se nos excuse, y llegar con libertad al trono de la gracia. Tú debes saber esto y creerlo. Puedes fallar pero no vas a permitir que el enemigo acabe contigo. Inmediatamente debes arrepentirte, y luego venir valientemente al trono de la gracia. Mira el pensamiento de la Iglesia y el poder del trono. Siempre debemos tener presente que el trono de Dios para nosotros, como pecadores, es un trono de gracia, pero también es un trono de juicio. Lo que para nosotros es un trono de gracia, para el diablo es un trono de destrucción.
Así que, nuestro acercamiento al trono de Dios, entonces es doble. Podemos venir con libertad al trono de Dios para nosotros mismos y para el pueblo de Dios necesitado de su gracia. Tenemos igual libertad, por lo tanto, para venir al mismo trono que pronuncia la derrota de Satanás mismo. El lado de juicio de este trono se ve en Ester. Tiene que ver con la derrota de los consejos de Amán. El lado de juicio del trono es un aspecto diferente de la oración, uno muy importante. Este trono debe estar en la Iglesia. Mira el cargo comisionado a la Iglesia. Toda el cargo de la vida del pueblo de Dios es dada a la Iglesia. Yo sé que en un sentido muy verdadero todo es seguro en Cristo, pero tiene que haber una obra exterior y la obra exterior se ha comisionado a la Iglesia. Somos colaboradores juntamente con Dios.
No nos toca a nosotros apelar continuamente al Señor para que El lo haga todo sin nosotros; nos corresponde a nosotros ocuparnos en el negocio de la oración y la intercesión, y de esta manera ministrar liberación y vida a su pueblo. ¡Oh, Qué gran vocación de la Iglesia!. No me sorprende que la Iglesia esté tan anémica. Con razón que el enemigo tiene tal campo dentro de la casa de Dios. Porque el ministerio de intercesión se ha perdido totalmente. Este ministerio es para ministrar liberación y vida a los escogidos de Dios, porque los escogidos están bajo el ataque de Satanás todo el tiempo.
Si tú te mueves en el ministerio que Dios te ha llamado, vas a atraer muerte contra tí mismo, y a menos que tú y la Iglesia entren en el ministerio de intercesión, entonces ni tú mismo tendrás el poder para mantenerte en pie. La vocación es para ministrar liberación y vida a los santos. ¡Oh, qué ministerio tenemos en Dios!